viernes, 11 de marzo de 2011

Un chiste en un entierro



 Si FUNNY PEOPLE es el buque insignia del giro de 180º que en los últimos tiempos ha dado la comedia estadounidense, entonces la comedia estadounidense está perdida. Pero aclaro, cuidado: FUNNY PEOPLE no es una mala película, ni muchísimo menos; de hecho se trata de lo mejor que ha filmado hasta ahora el incesante Judd Apatow, su obra más cáustica, inteligente, desafiante y amarga... El problema es ¿dónde diablos se ha dejado Apatow la comedia? Evidentemente, el director de KNOCKED UP o THE 40-YEAR-OLD VIRGIN ha preferido entablar aquí un difícil diálogo con el espectador, hacerle olvidar que está viendo a Adam Sandler (con algunos momentos soberbios, de gran actor, pero sólo algunos momentos) haciendo de sí mismo y a Seth Rogen, el nuevo Sancho Panza de Hollywood, lo que dota a este extraño film de una atmósfera enrarecida, como las tristísimas visitas que Sandler, el Rey Midas de la Stand up comedy, hace al médico, que le ha diagnosticado una enfermedad que le fulminará en poco tiempo. En realidad no sabemos si Apatow (como buen niño grande que es) perpetra una especie de venganza contra todas esas estrellitas rutilantes que se creen el ombligo del mundo, o por el contrario construye un fino ejercicio de compasión por los "pobres niños ricos", que creen tenerlo todo y un día se dan cuenta de que están terriblemente solos. Sí, hay chistes mordaces, excelentes chispazos en forma de monólogos (también podríamos considerar este film como un extenso homenaje a los monologuistas anónimos) y hasta queda tiempo en sus excesivas dos horas y media para el bubblegum tardo-adolescente; sin embargo, todo eso queda cubierto por una ceniza invisible, como una sonrisa torcida y aviesa, y no nos hace demasiada gracia. Sólo queda descubrir si la intención de Apatow era realmente esa, o si todo ha sido un malentendido igual a los muchos que pueblan sus agridulces relatos generacionales sobre lo complicado que es mantener encendida la llama de la juventud antes de ser devorado.
Saludos moderadamente risibles.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!