A vueltas con el rollo de los mockumentaries, el found footage y demás zarandajas, es tanta la escoria aprovechacionalista de este tipo de producciones, que el mero hecho de encontrar algo que no produzca vergüenza ajena ya es todo un logro. Es el caso de HELL HOUSE LLC, una pequeñísima película de 2015, de la que desconocía por completo su paradero, y que luego (como no podía ser de otra manera) ha originado una franquicia, a cual peor. Sin embargo, la primera resulta ser un dispositivo bastante bien armado e ingenioso, gracias a la naturaleza misma de su argumento, que de alguna manera roza el metacine. A diferencia de títulos similares, la excusa de rodar constantemente no es forzada, y encaja como un guante para lo que se quiere contar. Esto es la construcción de una atracción de casa encantada (en Estados Unidos son devoción), que sus propietarios proyectan tener inaugurada en pleno Halloween, con la ventaja de que ya posee un aspecto lo suficientemente tétrico, y ello les va a ahorrar costes de decoración. Hay un pasado oscuro, sí, pero tampoco se detalla tanto como para ser tenido en cuenta, y ello contribuye al clima de extrañeza que se va apoderando del día a día. Lo diferencial aquí es que esa cotidianidad es el sustento de clima terrorífico, conviviendo diariamente con muñecos y luces inquietantes, que hacen que los mismos organizadores vivan en sus carnes la experiencia que pretenden recrear.
No es especialmente sangrienta, y ni siquiera abusa de los clichés que uno podría esperar, pero un par de momentos francamente espeluznantes, y todo con un presupuesto casi inexistente, lo que recuerda inevitablemente a propuestas similares como PARANORMAL ACTIVITY y, especialmente, BLAIR WITCH PROJECT.
Si lo quieren pasar mal durante apenas 80 minutos, es su película.
Saludos.
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