En su momento dimos cuenta del director húngaro György Pálfi, con una segunda obra tan polémica como desconcertante, titulada TAXIDERMIA. En su ópera prima, HUKKLE, de 2002, Pálfi ya dejó constancia de su capacidad para captar imágenes "únicas", que parecen provenir de un imaginario onírico y algo destartalado. El reto aquí consiste en hilvanar una narración más o menos inteligible, pero sin recurrir a las palabras. En el entorno cerrado de un pequeño pueblo, todo comienza con un anciano que se levanta con hipo (a lo que alude el título), y que se sienta como todos los días en la puerta de su casa para observar la vida, aunque el hipo sea una constante. Con un lenguaje visual tremendamente ingenioso, el film nos lleva por cada rincón del pueblo, los quehaceres diarios, las comidas familiares, los niños descubriendo la naturaleza. Hasta que un suceso, aparentemente banal, desencadena una serie de desgracias que ponen al pueblo en alerta. El film vendría a ser una especie de falso thriller en la piel de un documental rural, con la atención a los detalles más nimios de un Lynch, pero con un sentido del humor completamente deudor del Jacques Tati más descacharrante. Una película inclasificable, conscientemente extraña, que igual te muestra una cabrita triturada por una cosechadora, los enormes huevazos de un gorrino en primer plano o un avión supersónico volando a ras de tierra... Básicamente como si el diablo se sentara junto al anciano y le diera por quitarle el hipo...
Extraña no, lo siguiente.
Saludos.
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