jueves, 9 de abril de 2020

El santoral



Podría reducir tanto una reseña sobre THE IRISHMAN, que me bastaría con decir que es la última gran obra maestra de Martin Scorsese, y todo el mundo lo entendería, y yo me quedaría tan pancho. Pero no sería justo, no con un film tan grande y complejo. Creo que es necesario desgajar ese monumental film de títulos similares de su director. Sí, se pueden encontrar rastros de UNO DE LOS NUESTROS, incluso de CASINO, y me atrevería a afirmar que hasta de INFILTRADOS. Sin embargo, Scorsese se apodera del guion de Steven Zaillian (ergo, del libro de Charles Brandt) y recoloca todo su ideario, lo transmite desde MALAS CALLES (muy probablemente) hasta lo que intuye como un "final de camino". No es fácil, teniendo en cuenta la magnitud de lo que se cuenta, pero aún menos deslizar ese juego de referencias gozoso para el amante del cine del de Queens, pero siempre al borde de la autoparodia o la reiteración. Scorsese hila tan fino que cobra sentido hasta el rejuvenecimiento facial digital a Robert de Niro, Joe Pesci o Al Pacino, que realizan tres de las más impresionantes actuaciones de toda su ya dilatada carrera, que es muy mucho decir. EL IRLANDÉS data con fría precisión todo un estado de las cosas, pero sobre todo un estado de ánimo, hermético, inabordable, implacable; el de Frank Sheeran, un tipo demasiado extraño para ser mafioso, y por ello el mafioso perfecto. Indetectable y frío, nunca duda, puede que movido por su rápido ascenso en los círculos de poder, desde su trabajo como transportista hasta llegar a ser el gran hombre de confianza de los capos. Sheeran no se cuestiona su trabajo, simplemente lo ejecuta, y con la misma eficacia cuida de su familia, a la que nunca da explicaciones, excepto en forma de jugosas cantidades de dinero. Es el otro punto fuerte del film, la relación de Sheeran con su entorno familiar, en la que ejerce de "león tranquilo"; y en los juegos de miradas entre éste y su hija Peggy (una enorme Anna Paquin) hay tanto significado (aunque también tan diferente) como en las conversaciones que mantiene con Jimmy Hoffa o Russell Bufalino, quienes a regañadientes podríamos considerar lo más parecido a sus amigos. Con ellos compartía un botellín de agua mineral o un pan mojado en Chianti...
Obra maestra absoluta.
Saludos.

2 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

ZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZ

dvd dijo...

No, hombre!... En fin...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!