miércoles, 15 de abril de 2020

La conducta humana



Uno se pregunta sobre todo viendo MASQUES, de 1987, qué maravillosa colaboración podría haber surgido entre Claude Chabrol y Philippe Noiret, ya que se trata ésta de su único título, lo que no deja de ser sorprendente, por lo bien que se entendieron ambos a la hora de trasladar a la pantalla la escabrosa historia de un presentador de televisión "idílico", pero que guarda más de un secreto en una mansión en la que vive rodeado de una camarilla que, más que familia, parecen secuaces. Con el punto de mira claramente objetivado hacia el cine de Alfred Hitchcock, Chabrol retrata al pintoresco Christian Legagneur como un falso magnate, un "hombre hecho a sí mismo", de modales exquisitos pero manías insalvables, y cuya vanidad le lleva a contratar a un escritorzuelo para que le entreviste durante varios días y luego escriba una amable hagiografía. Sin embargo, el escritor descubre que tras esas apariencias naftalínicas y gravemente desfasadas (el programa de Legagneur es como un "su media naranja" de la tercera edad), late un extraño y oscuro secreto, y cuya víctima parece ser la hija del propio Legagneur, una enigmática joven que se enamora del escritor nada más verlo.
Una película bizarra e inquietante, con una fotografía a cargo de Jean Rabier que remite a los tonos pastel del melodrama clásico, y con un puñado de buenas interpretaciones por parte de los habituales de Chabrol, pero destacando un exuberante y pletórico Noiret.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!