lunes, 30 de diciembre de 2019

Una rabia que resuena a lo lejos



JIA NIAN HUA (LOS ÁNGELES VISTEN DE BLANCO)  demuestra la sensibilidad y talento de Vivian Qu, rara avis del cine chino actual, una directora que antes fue productora (de Diao Yinan, nada menos), y antes se marchó una larga temporada a Estados Unidos, donde se formó en cine y publicidad. Y cuesta decir que estemos ante una cinta proveniente del país asiático, dada la sorprendente versatilidad con la que la directora moldea esta terrible terrible historia, sin caer en obviedades ni sensiblerías. Ésta es una historia muy dura, y por eso parece necesario incitar más que narrar, y veo muchísimo del cine, por ejemplo, de Clint Eastwood, su crudeza atemperada, su rechinante sentido del humor y, más que nada, la cualidad de pasar de un estado de ánimo a otro sin que el montante se resienta. Es la historia de un hombre influyente, con poder, pero apenas le veremos unos segundos. Un hombre que se lleva a dos niñas a un motel en una zona costera. Pero en un acto de justicia, este hombre es irrelevante, y Qu se centra en la complicada figura de Mia, la joven que atendía el motel esa noche. Y parecería que Mia sólo pueda existir por y para el esclarecimiento de un asunto tan terrible, pero ella tiene sus propios problemas; y aquí el film se acerca, por ejemplo, a Farhadi, su versatilidad para mostrar lo cotidiano en lo extraordinario, lo que se traduce en un descorazonador retrato (uno más) de esta China implacable con sus víctimas. Lo es hasta el liberador y apabullante plano final, más que bello, necesario.
Necesaria película.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!