lunes, 1 de julio de 2019

Un boceto



El biopic de un artista debería aportar siempre la parte correspondiente a quien realiza dicho biopic, y no conformarse con ser un simple exponente, algo adornado, de lo que encontramos rutinariamente en cualquier libro de consulta. Es un dilema habitual, pero que al menos sirve para no confundirnos entre lo que merece la pena y lo que no. La oportunidad perdida por el actor, en este caso metido a labores de dirección, Stanley Tucci es de órdago, pues parte de una de las más famosas anécdotas del mundo de la pintura, para quedar en una tontería de andar por casa que se olvida al minuto de haberla visto. FINAL PORTRAIT se centra en la relación entre el pintor y escultor Alberto Giacometti y el escritor y crítico de arte James Lord, a causa del retrato que el primero se comprometió a hacerle al segundo, y que fue convirtiéndose en una pesadilla sin final, que el pintor suizo, de carácter imposible, se empeñaba en destruir y recomenzar de nuevo, lo que obligó a Lord a posponer su estancia en París mucho más tiempo del que esperaba. Puede que lo único salvable de la función sea la gran actuación de Geoffrey Rush, impecable dando vida a aquel "hombre gris", cuya fuente de inspiración era la pesadumbre y la derrota, sentimientos en los que únicamente se sentía a sus anchas. Sin embargo, la dirección de Tucci, aparte de tener mucho de telefilm, es soberanamente aburrida y aporta muy poco a esta historia de amistad, de la que podría haber extraido muchísimas más aristas y hallazgos. En definitiva, una oportunidad perdida, o una obra que apenas llega a boceto.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!