sábado, 13 de julio de 2019

Explotados y agradecidos



SORRY TO BOTHER YOU es una película tan insólita y extraña que pasó totalmente desapercibida, y no debería haberlo hecho, aunque la sensación que deja después de verla es la de unas intenciones estupendas emborronadas por una confusión creciente. La película mantiene bien el interés durante su primera mitad, mientras vemos que hay algo que pugna por ser contado, pero que muy poco después queda agotado, como en un callejón sin salida. Es efectivamente ambiciosa, una de esas películas que apuesta fuerte por los grandes temas, pero quizá le falte un último acto más valiente y, sobre todo, menos confuso. Narra la extraña peripecia de Cassius, un tipo incapaz de triunfar en una vida que le cambiará radicalmente tras encontrar trabajo como vendedor telefónico en una empresa que explota sin miramientos a sus empleados, pero en la que asciende rápidamente gracias a una inusual habilidad : poner voz de blanco... Así, Cassius se introduce en las altas esferas de la empresa, mientras sus amigos y compañeros hacen huelga y protestan por las malas condiciones laborales. Pero su ascenso le va a llevar hasta el mismísimo ideólogo de la empresa, que en un lugar secreto de su mansión esconde un secreto terrible, y que hace replantearse toda su vida a Cassius. El film, ya digo, funciona mientras es capaz de crear unas expectativas que se disparan por todo lo alto, pero al final a su director y guionista, el debutante Boots Riley, la apuesta le pasa factura y termina en un desenlace deslavazado y muy confuso, como mezclar un libro de Aldous Huxley con uno de Stephen King, y eso hay pocos espectadores que lo soporten sin incredulidad.
Seguiremos atentos a su trayectoria, no obstante.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!