lunes, 20 de mayo de 2019

¿Se acabó?



Pues no sé si se acabó, no tengo ni idea, pero va a ser una de las cosas que antes me preocupaban lo justo y necesario, y a partir de ahora quedarán como un recuerdo que engrose mi imaginario particular. Desmesurada, pretenciosa, descaradamente copiona, jocosamente oportunista, brillante precisamente cuando no se lo proponía, pero sobre todo capaz de calar y perdurar en el sentimiento colectivo como hacía muchos años que una serie no lo hacía. GAME OF THRONES no debe describirse, si acaso planearla desde arriba (sí, como un dragón) y trazar una semblanza general sobre lo que ha significado en realidad, ya que puedo afirmar que no ha rozado lo que pretendía significar. Básicamente se trata de un endurecimiento (y sólo en las primeras temporadas) de las bases de la fantasía heroica instauradas por J.R.R Tolkien hace casi noventa años, desmarcándose algo más del elemento fantástico y centrándose en las intrigas alrededor del Trono de Hierro, cuya conquista y posesión entrelaza a varios reinos, despertando una ambición que lo supera todo y les enfrenata a todos contra sí, aunque también consigue uniones y alianzas de lo mas insospechadas. Al principio, como decía, hubo sexo (mucho, incluso priorizando una relación incestuosa), muertes inesperadas (no es usual decapitar al protagonista a los pocos episodios), unos efectos especiales realmente conseguidos y una riada de localizaciones maravillosas, en mi opinión lo mejor con diferencia, y que ha tenido en España algunas de sus más insuperables estampas. Por otra parte, la dirección de actores ha sufrido la inevitable dispersión, por lo que los muchos directores se han visto obligados a quedarse en una tibia "línea general a seguir", por lo que todos los personajes parecían vivir en el mismo pueblo aunque fueran de culturas diametralmente contrarias. Las temporadas centrales, exceptuando alguna que otra batalla (la llamada "de los bastardos" creo que es su punto más alto), tenían el defecto de explicar demasiadas cosas, la mayoría intrascendentes, con el objeto de crear un preámbulo sólido hasta esta última, pero seis episodios, por mucho que duraran hora y media cada uno, son insuficientes para despachar dos batallas que se presumía que serían "lo nunca visto en la tele", y además despejar de una vez por todas quién sería el verdadero inquilino del trono de marras. Ese, y no otro, ha sido el lastre: hacer la boca agua con lo de los caminantes y resolverlo con una trampa de guion más vista que la cabecera de la serie (es que no la han cambiado), y todo para continuarlo con una ristra de explicaciones incluso más larga que la propia batalla en sí. No sé, porque no me veo a mí mismo diciendo que es una serie mala, porque no lo es, y además no soy tan necio como para no reconocer el extraordinario esfuerzo de producción que ha supuesto, pero no somos pocos los que coincidimos en que el material daba para un final más grandioso y, por qué no decirlo, inesperado. Sea como sea, es lo que hay, y como tampoco soy ningún freak fanático de esto me da un poco igual. Han sido ocho temporadas y ocho años de entretenimiento de calidad, y también eso tiene cabida aquí, cómo no...
Saludos.

7 comentarios:

Jimmy FDZ dijo...

Dicho así, ocho años..., suena tremendo ja, ja, no sé qué decir sobre eso, pero es que fueron ocho años. Oh, en fin...
Sí, lo de los zombis fue raro, en general estas grandes batallas sonaban como la gran cosa y luego se resuelven casi a la rápida, aunque lo del dragón arrasando todo tiene su coherencia. Como sea, aunque la temporada no me ha gustado mucho (o mejor dicho: no me ha impresionado, porque entretener, entretiene), el episodio final sí que lo encuentro digno.
Quizás el crecimiento de esta serie propició cierto agotamiento, sin mencionar la masificación del producto, que con su marea de expectativas contribuye, en cierta forma, a encasillar su devenir argumental. Y lo demás son críticas que le hago a todas las series por ser series, la verdad es que la única que me interesa ahora es la de Winding Refn y, a lo mejor, la última de Mr. Robot, que la recuerdo como algo más cinematográfica que televisiva en su narración.
Y saludos, que no es fácil mantener el cuello intacto, madre mía...

dvd dijo...

Yo empecé a verla por curiosidad y porque es entretenida, poco más. No creo que sea ninguna obra maestra, pero hay que otorgarle por derecho propio el estatus de icono de nuestro tiempo.
Un saludo.

YorchiMG dijo...

Suscribo totalmente lo aquí escrito. La forma de finiquitar a la carrera en dos temporadas cortas y atropelladas todo lo construido en las seis anteriores... lo más decepcionante la batalla contra los muertos, desde el primer capítulo creando al enemigo total, la oscuridad eterna y se despacha en un solo enfrentamiento sin pies ni cabeza...

En fin, a otra cosa y listo, tampoco pasa nada

dvd dijo...

Sí, yo tuve la misma sensación. No quiero espoilear nada, aunque a estas alturas... Es que lo de "matando a uno caen todos"... ¡Coño, que está mu visto eso ya, eh!...
Un saludo.

ricard dijo...

Tienes razón. Las localizaciones son lo mejor de la serie. Y algunos monólogos de Tyrion Lannister.

Saludos.

Mister Lombreeze dijo...

"ocho años de entretenimiento de calidad", o sea, que GRACIAS GOT!
Que se podía haber rematado mejor la faena?, pues sí, pero como dice mi esposa "y lo bien que nos lo hemos pasado entretanto?".

dvd dijo...

Vamos a ver. Es que Peter Dinklage es un actorazo como la copa de un pino, maldita sea. Yo lo descubrí en una peliculita llamada THE STATION AGENT, hace unos quince años ahora, y es tan bueno que se te olvidaba que es bajito y eso.
Yo voy en sintonía con usted, maño. La serie no es perfecta porque es imposible que lo sea, y está repleta de agujeros de guion y repeticiones y reiteraciones y todo eso, pero es verdad que no hemos visto un entretenimiento en televisión tan entretenido (valga la redundancia), por lo menos desde Los Hombres de Harrelson... Yo es que soy mu mayor ya...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!