miércoles, 15 de mayo de 2019

La bruja



Lo primero que llama poderosamente la atención de una propuesta tan singularmente poderosa como HAGAZUSSA es que en realidad se trata del trabajo de fin de carrera de un joven realizador en ciernes. Y es que lo que propone Lukas Feigelfeld es nada menos que una inmersión en primera persona hacia los abismos de la superstición y lo atávico. Fragmentada en varios segmentos significados con una escueta palabra, quizá buscando que sea el propio espectador quien "halle", ante lo abrumadoramente opaco de un film que prescinde de explicaciones redundantes. Se nos dice que estamos nada menos que en el siglo XV, en mitad de los Alpes, donde Albrun, una niña, vive con su madre en un paraje inhóspito y repleto de temores. La madre enferma y muere, y el film realiza una gigantesca elipsis de veinte años, en la que Albrun ya es una mujer que vive sola en la misma cabaña con un bebé, del que cabe señalar que en ningún momento hay la más mínima referencia a presencia masculina alguna. La presencia que sí se va haciendo fuerte es la de una fuerza invisible que parece ir apoderándose de la voluntad de la joven, o quizá no es más que su destino llamándola hacia lo que está por convertirse. Y uno, tras esta (lo aviso) intimidante experiencia sensorial, se rinde ante la valentía de ir un paso más allá. Es decir: el tema de la brujería ha ido de lo fantasmagórico a lo ridículo, o de lo innombrable y oculto a lo burdamente expuesto, lo que siempre he anhelado era que de verdad nos pudiéramos poner en la piel de ese ser mítico y atemorizante ¿Qué siente en realidad una bruja? ¿Cómo es su particular relación con la naturaleza? ¿Por qué eran siempre perseguidas? Y sobre todo ¿Era realmente maldad lo que se describía en los actos de brujería o tan sólo eran así consideradas por un entorno ignorante al que le era imposible entender sus especiales habilidades?
Yo sólo puedo recomendarles que se adentren en esta densa, tensa e intensa película, que alude al reciente éxito del film de Robert Eggers, pero incluso dando un paso más allá y rozando los hallazgos visuales de un Béla Tarr o un Tarkovski. Palabras mayores.
Saludos.

No hay comentarios:

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!