sábado, 11 de mayo de 2019

Los no vivos



Hace unos tres años reseñé aquí la segunda y decepcionante película de la directora Ana Lily Amirpour, no sin señalar que veía algunos puntos interesantes, como de cineasta en ciernes en busca de un discurso propio. Mucho más potente fue su debut, A GIRL WALKS HOME ALONE AT NIGHT, que mezclaba impúdicamente la cultura pop silenciada en la sociedad iraní, la reivindicación feminista, directamente suprimida, y el cine de vampiros. Descabellado, suntuoso, desprejuiciado y en último término encantador relato de soledades y correspondencias en una ciudad ficticia en la que siempre es de noche, un no-lugar que quizá sólo exista en el imaginario deseoso de libertad de quienes viven oprimidos en un régimen totalitario. El vampiro, vampira en este caso, es una chica de mirada ausente que se pirra por el pop ñoñete y vive sola en un cuarto-templo, y que por la noche se desplaza en patinete por calles vacías, usando un atuendo tan contradictorio como revelador: zapatillas, vaqueros y camiseta a rayas, que quedan ahogados bajo un clásico hijab negro. Así, Amirpour efectúa una estupenda analogía entre el carácter sombrío del vampiro y el rico mundo interior que siempre le hemos supuesto. O quizá esto no era más que una historia de amor entre dos seres que no pueden estar juntos.
Es bonita, es en blanco y negro y nadie sonríe por miedo a ser menos moderno...
Saludos.

2 comentarios:

miquel zueras dijo...

Precisamente este fin de semana he visto en el cine club de mi barrio "Una chica vuelve a casa sola de noche" en programa doble con otra película de vampiros nada convencional: "The Addiction" de Abel Ferrara y también en B/N. Me gustó mucho, con ese cuidado por la atmosfera y ese entorno irreal. Quizá a veces es algo pretenciosa, pero recrea muy bien ese imaginario submundo iraní. Desde luego la prefiero a la palomitera "Van Helsing".
Saludos!
Borgo.

dvd dijo...

Bueno, a mí me ha gustado, pero creo que esta señora aún puede dar mucho más en cuanto deje de hacer referencias y reverencias, y sea un poco más irreverente. THE ADDICTION es notablemente superior, una enfermiza pesadilla con una sublime Lily Taylor. La reseñé hace ya una década, nada menos.
De VAN HELSING no digo nada, usted sabe...
Un saludo, señor Zueras!

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!