lunes, 25 de marzo de 2019

Vacíos acumulados



El cine debería ser así, o al menos debería intentarlo. O al menos debería intentar serlo de vez en cuando. Se habla mucho de financiación, de medios, de brillo o cartón, cuando la verdad, como decía otro, está ahí fuera. O dentro más bien, porque el milagro de VIAJE AL CUARTO DE UNA MADRE radica en intentar fotografiar lo que no se ve, lo que esrtá dentro. Cine intimista, me dicen, pero es una etiqueta que se queda corta, porque hay una gran y sorda conmoción en esta historia de intramuros, con dos actrices descomunales destrozando métodos y tics, encontrando sus verdades en inapreciables gestos, miradas y silencios que pueden ser tan tiernos como lacerantes. Los seres humanos no somos perfectos, por eso amamos, y no somos simples depredadores, por eso hacemos daño sin que a veces nos demos cuenta ¿Que qué cuenta esta película? Cuenta una soledad compartida, una esperanza de cambio lastrada por el tiempo mediocre que nos ha tocado vivir, y también cuenta que el amor más bello e inquebrantable (aquí el de madre e hija) es el último cenáculo de los héroes, y aquí hay dos más grandes que Los Vengadores...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!