sábado, 23 de marzo de 2019

El hombre murciélago #7



El Batman de mediados de los noventa era un murciélago incapaz de levantar el vuelo. Agotada la fórmula del tenebrismo de Burton, la Warner le dejó el siguiente encargo como productor, mientras confiaba las riendas al irregular (pero taquillero) Joel Schumacher. El resultado fueron dos películas que hacían presagiar lo peor, que no fue otra cosa que la extrema banalización de lo que se presumía un homenaje y no pasó de penosa parodia. BATMAN FOREVER se resume en una frase, la que le dice Chris O'Donnell a Val Kilmer: "¿Vas a muchos bares de moteros?"... Creo que sobran las explicaciones, y este vínculo homoerótico entre ambos personajes, luego mil veces recreado, lo eclipsa todo, dejando la función en un culebrón para modistillas. No se puede desaprovechar tan vilmente a Tommy Lee Jones, intrascendente en un Dos Caras de chichinabo, ni a Jim Carrey, que por entonces era una superestrella, aunque su Riddler es "excesivamente excesivo" y cargante por momentos. Incluso es exasperante dejar pasar a Nicole Kidman como femme fatale, dejando al descubierto una nula química con uno de los peores actores posibles para encarnar al hombre murciélago, aunque aún se podría hacer peor... Una película que se ve con un poso amargo de decepción y que, por encima de otras consideraciones, es simple y llanamente aburrida, por lo que me reservo recomendarla, a no ser que sean ultra fanáticos, claro...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!