martes, 12 de diciembre de 2017

Wajda. Brillo y dominio #15



En 1969, Andrzej Wajda volvió a realizar dos películas, exhibiendo una vez más su gran fertilidad creativa. Una de ellas fue POLOWANIE NA MUCHY (CAZANDO MOSCAS), que abundaba en una estética pop, aparentemente desenfadada, pero que guardaba grandes dosis de mala leche y crítica desencantada hacia lo que muchos ya consideraban por entonces, que la juventud polaca estaba olvidando peligrosamente su pasado más inmediato. Algo así le ocurre a Wlodek, el infortunado protagonista, un aspirante a escritor que se quedó en empleado de librería y que malvive en un estrecho piso con sus suegros, su mujer y su hijo. Un día conoce a Irena, una bella joven que, colmándolo de halagos hacia su supuesto dominio del ruso, lo convence para que haga unas traducciones para una revista en la que es colaboradora. En realidad, lo que Wlodek está a punto de conocer es un mundillo repleto de apariencias y falsedades, donde todos son presentados sin que se sepa muy bien cuales son sus verdaderas habilidades, y en el que pronto se sentirá simple y llanamente explotado. Wajda presenta una dualidad rotunda, el piso familiar, repleto de tiras atrapamoscas, y la supuesta frescura de la joven, sin domicilio fijo, y que en realidad se dedica a vivir de los hombres a los que primero seduce para después dejar en la estacada. Una película a caballo entre la comedia y la sátira social, y que, por ejemplo, tuvo una nominación en el festival de Cannes de aquel año.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!