jueves, 14 de diciembre de 2017

Cara de cuero



Supongo que un personaje como LEATHERFACE hubiese merecido otro tipo de precuela para explicar qué diablos pasó para que ese tipo se convirtiera en lo que finalmente se convirtió. Lo digo, sobre todo, por la morfología única de LA MATANZA DE TEXAS, título mítico y prácticamente seminal de un género, el slasher, que presentaba una violencia sin límites y sin explicación aparente. La explicación la han buscado, nada menos que 43 años después, los cineastas franceses Bustillo y Maury, responsables de lindezas como AL INTERIOR o LIVIDE, y cuyo concepto del cine contiene tres fases perfectamente reconocibles: deferencia por los personajes grotescos, gusto derrochador de fluidos que oscilan desde el viscoso al semisólido, y lo más desagradable, que es explicarlo todo aunque no haga falta. Aparte de la mediana sorpresa en el momento álgido (más bien engañifa), LEATHERFACE aporta poco tanto al género como a la filmografía de sus autores, y se queda como un intento rutinario por revitalizar algo que no lo necesitaba, excepto por la crematística sin más. No me duele, porque a los fans de verdad no les va a costar colocarla en otro estante al del estupendo film de Tobe Hooper. Porque aunque haya sangre y visceras y motosierras y chicas gritando y un poco más de sangre, falta lo esencial, al menos una escena cuya violencia emane de su dislocación del tiempo y el montaje. Hooper no esperó ni veinte minutos para ello..
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!