domingo, 17 de diciembre de 2017

Rincón del freak #294: Aquel cine por la patilla...



Que ya no se hacen películas como DEMONS es una verdad tan irrefutable como que cada año hay navidades y n podemos hacer nada por evitarlo. Hay que tener una seguridad y una autoestima a prueba de bombas para que se te ocurra filmar en Roma como si estuvieses en Baltimore, doblando a los actores en inglés macarrónico, porque me imagino que ni los dobladores serían ingleses. Hay que tenerlos como cocos para meter a un montón de gente en un cine para ver una película tan mala como la que tú estás rodando y hacer ver que están pasando miedo, cuando aquello haría reír a Chespirito. DEMONS es, en esencia, un despliegue de caretas de goma, fluidos violáceos y cartones de huevos para simular unos ojos reflectantes. También salen punkis drogotas, carabinieris de la NYPD, paninaros genuinos y, ya de remate, un héroe en Puch Cóndor que rebana cabezas con una espada samurái... Es cachonda, es adorablemente ingenua, como una abuela en una mecedora, y extrañamente ha transitado nada menos que tres décadas como una de esas pelis de culto involuntario que recaudó una millonada y era de las que estaba siempre alquilada en el videoclub. Y su director, Lamberto Bava (hijo del gran Mario), pese a poseer una amplia filmografía trufada de títulos similares, alcanzó aquí su cúspide, la de ese cine que aspiraba a estremecernos y el único adjetivo que realmente merece es el de entrañable. Véanla, recupérenla, es ideal para ver en familia en estas fechas...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!