domingo, 10 de abril de 2016

Rincón del freak #231: Cómo cargarse la atmósfera por buscar el efectismo



Hay una como polémica por un programa de monjas, o yo qué sé. Eso es televisión, y esto, amigos, es el "cinéfilo independiente & Co.", azote de largos de pasillito y monigotes de la infecta lametez cariatódica. Porque no nos va, y porque lo nuestro es errar al dar la estocada y ensayar, al menos, el asesinato del intelecto imbécil ad hominem, que ya nos cuesta sin sonreír de tres cuartos de lado. Lamento informarles de que, efectivamente, no hay un milígramo de integridad en ese tipo de productos, pero no porque lo que cuente sea mentira, que lo es, pero incluso el Telediario miente, sino por su total, completa y absoluta falta de sensibilidad artística, o si lo prefieren, chonismo declarado, militante y orgulloso. Pero olvidemos las alcantarillas de la célula familiar más importante y vayamos  con lo mismo, pero en cine, aunque no estoy muy seguro de poder denominar como "cine" productos como el que hoy nos ocupa, porque LAST SHIFT viene a engrosar la inacabable lista de bazofias que podrían no haberlo sido de haber arriesgado una miaja su funcional naturaleza ¿O no daba para un thriller terrorífico-psicotrópico la noche de una policía novata en una comisaría desahuciada en un no-lugar inhabitado? Sí, pero sin sangre, caretas ni monstruitos que no se sabe a qué vienen. A mí, por ejemplo, me encantaría que Cuatro hubiese metido una cámara en los intestinos de un convento Ursulino, pero me da a mí que no hay cojones para eso...
Ya lo dice la frase: "Come, bebe, reza y..."
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!