lunes, 17 de agosto de 2015

D. W.: El padre del cine #27



1913 termina con tres trabajos francamente interesantes de Griffith. El primero, THE MOTHERING HEART, es un intenso drama entorno a las posibilidades expresivas de Lillian Gish, que borda el papel de madre y esposa abnegada, que apoya en todo a su marido, aunque éste no logra despegar en la vida. Cuando por fin las cosas le van bien, éste decide que la vida conyugal no es tan ideal como pensaba y deja de lado a su mujer, lanzándose a los brazos de su amante. La mujer se va a vivir con su madre y recomienza su vida junto a su hijo; finalmente, abandonado por la amante, el marido intenta volver con la esposa, pero su negativa es rotunda. Así descrita, incluso parecería un dramón lacrimógeno, y no digo yo que algo de eso tenga, pero las bellas imágenes fotografiadas por Bitzer le dan a este trabajo una dimensión más que notable. Y Lillian Gish está impecable...




Por su parte, THE WANDERER es un derroche de lirismo y poesía visual. Se trata de la historia de un flautista errante que posee el don de arreglar cualquier problema con el sonido de su flauta. Tras "desfacer algunos entuertos", como reconciliar a dos novios o impedir un cruel asesinato, llegará a la terrible conclusión de que, por mucho que lo intente, el mundo seguirá aflorando maldad y discordia por todas partes y para siempre...




Y por último, una obra mayúscula de Griffith. No sólo por el inmenso despliegue técnico que ofrece en menos de media hora, sino por el indiscutible dominio del espacio narrativo del que hace gala, y por cómo es capaz de convertir una premisa estúpida en un western trepidante y colosal. THE BATTLE OF ELDERBUSH GULCH es una escalada de acción enclavada en un espacio único, y que, pese a su desafortunado mensaje respecto a los indios, a los que presenta como bárbaros antropófagos de... ¡perritos! (recordemos que fue la adaptación de una famosa novela), es a día de hoy un referente para todo el que quiera rodar bien una película de asedio y resistencia. Las imágenes in & out del ataque de los indios a un grupo de colonos, que resiste como puede en el interior de una cabaña, tienen una fuerza sobrecogedora, y uno se pregunta de dónde salía esa mirada cuando nadie la había tenido antes. El genio creador de Griffith, en todo su esplendor, rebosa en este tremendo y violento film.
Es de las imprescindibles.

... Y, saludos...


4 comentarios:

miquel zueras dijo...

Buenísima "The Battle..." que vi en la Filmoteca de Barcelona. Parece un relato de Ambrose Bierce.
Saludos!
Borgo.

dvd dijo...

A mí me pone los pelos de punta ponerme en la piel de alguien hace cien años y escribiendo las tablas de la ley para las futuras generaciones de cineastas. Esta película es el germen para lo que tantas veces hemos visto en westerns de todo tipo: muchos atacan, pocos resisten...
Saludos!

Mister Lombreeze dijo...

La Batalla... seguramente "inventó" el cine de asedio, no?. Es estupenda y, como dices, es una pérdida de tiempo cogérsela con papel de fumar por el retrato que se hace de los indios.

dvd dijo...

Hombre, yo diría que sí; no recuerdo muchas películas de esa época con un planteamiento y desarrollo similar.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!