jueves, 27 de agosto de 2015

Noción de batiburrillo



Del género de terror, actualmente pueden rastrearse sin mayor problema algunas derivantes que, en mayor o menor medida, algún daño le han hecho a eso tan preciado que se llama coherencia interna, y que cada vez se parece más a una trufa blanca. Yo, de los que más recelo es de la horda de franceses que imprimieron aquello del "Neo-horror", que consiste en disfrazar el giallo de gore y eliminar el sentido del humor, para que todo dé muy mal rollo. En esa línea, son ya muchos, demasiados, los directores noveles que hacen su capa un sayo y se apuntan a todo lo que asegura su cuotita de pantalla en algún festival ignoto repleto de gordos con camiseta y/o camisa de leñador. El salpicón también ha llegado a las británicas islas, donde está facturada esta a duras penas curiosa WHITE SETTLERS... Pero termina siendo curiosa, y no puedo condenarla por ello; y eso que su tedioso desarrollo lo merece, y eso que sus bostezantes interpretaciones lo merecen, y su horrorosa fotografía, y su música de los chinos, y la poca vergüenza con la que el director mezcla momentos estelares de otros films (yo llegué a reconocer HAUTE TENSION, INSIDIOUS, THE PURGE... Sí, ya sé que no tienen nada que ver...), desembocando en una flojísima versión de PERROS DE PAJA... ¿Que por qué tiene un pase pequeñísimo? Pues curiosamente por el final, que es lo que está mejor rodado y además no te lo esperas, e incluso se invita al espectador a que haga su propia reflexión sobre lo que ha visto.
Una película, en fin, muy mala, que acaba siendo una película muy rara... Cosas que se hacen hoy día...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!