miércoles, 6 de noviembre de 2013

Benditos inconscientes



No podría describirle a un espectador de nuevo cuño, de los que han nacido amamantados por filamentos digitales y dimensiones necesitadas de Alka-Seltzer, qué tipo de sensación es esa que recorre la espina dorsal cuando, apagadas las luces y menos las toses, el cine consigue alcanzar su raro estado de magia absoluta. Ocurre sobre todo cuando hemos ido a ver algo y nos hemos encontrado otra cosa... pero mejor; y además no ocurre tantas veces como podríamos pensar. Un ejemplo claro de esto es lo que se sacó de la manga Sam Raimi cuando decidió darle la vuelta por completo (y "por completo" es quedarse cortos) al género que él mismo había inventado más de una década antes. El género es el de los muchachos que van a una cabaña en el bosque y... Sí, EVIL DEAD sigue siendo la piedra angular del horror moderno, y ha sido sobada hasta la extenuación, así que su creador se vio en el derecho de poner varias cosas en su sitio y reírse de todos los que se toman el cine tan en serio que son incapaces de reconocer una parodia; y en este sentido, ARMY OF DARKNESS es una de las mejores (auto)parodias que se han hecho jamás.
Los fans recordaban a Ash huyendo del mal sin nombre que le persigue desde hace años y convertido en el único hombre capaz de enfrentarlo; para colmo, Raimi filmó otra secuela, EVIL DEAD II, en la que ya se atisbaba la deriva a la que iba a llegar sólo cinco años después, pero considero que las tres son artefactos diferentes, autoconclusivos en su indefinición y que apenas si se deben nada unos a otros. Como película, ARMY OF DARKNESS descoloca al más pintado, y es mejor no dárselas de listillo con un guion que tiene la desvergüenza (o la inconsciencia) de reírse del por entonces incipiente wu xia, enclavar la acción en la Edad Media por la cara o el punto cumbre de la función, que es el mejor y más extenso homenaje que el cine le ha dado a un genio como Ray Harryhausen. Escenas como la llegada al molino abandonado definen el concepto "delirante" en toda su amplitud; mientras que la batalla final, con el ejército de esqueletos más descollante de la historia, ha quedado en la retina de los aficionados como un puro gozo y la demostración de que la sorna inteligente siempre ha sido patrimonio de los descreídos que nunca se han tomado en serio ni a sí mismos. Imprescindible.
Saludos.

5 comentarios:

dvd dijo...

¿Pero te gusta Sam Raimi?... ¿Nuestro amistoso vecino Apichatpong?...

Mister Lombreeze dijo...

amigo dvd, siento desilusionarte pero la muñequita cat es una buscona!. Les dice a todos que su blog le gusta mucho...

dvd dijo...

Hombre, más me gustaría que le gustase otra cosa... pero ya nos pasaríamos de gustos, claro...

Rosa Ortega Díaz dijo...

Esta película es absolutamente quijotesca, por eso descoloca, se salta los cánones de lo genérico y sale otra cosa: la parodia de la locura y el terror. Genial.
Veo la aparición de Muñequita Cat y le viene que ni al pelo a la peli. Te reproduzco el guión:

- ¿Pero tú has pronunciado bien todas las palabras por las que todos nos salvaremos?
- Bueno, a lo mejor me equivoqué en alguna sílaba.
- Ea, pues toma Muñequita Cat, ahí la llevas, y tú eres el único hombre capaz de enfrentarlo.

Con la más blanca y ancha sonrisa. La parodia inteligente es la única salvación gozosa de los descreídos: Enlaza a Muñequita, hombre.

dvd dijo...

No, sería un acto de superioridad machista de la que me niego a participar... porque en el fondo soy un sentimental.
Esta película es una de las cosas más divertidas y originales que he visto en una pantalla; lo de las tres palabras del conjuro es antológico, y cuando tiran a Ash al pozo recuerdo a todo el cine absolutamente ensimismado, silbando, coreando... cine puro, una pasada...
Gracias por comentar.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!