jueves, 28 de noviembre de 2013

La marca de agua



Ser ayudante de Tarkovski con sólo 33 años debe marcar, no lo dudo; otra cosa es que el cine de Konstantin Lopushansky haya logrado, por sí solo, una meta imposible: no ya rendir justo legado al gran maestro, sino encontrar un camino que le sea propio y lo convierta asimismo en una obra reconocible. Lopushansky estuvo junto a Tarkovski en STALKER, film de gran peligro para quien sólo consiga quedarse en su superficie de grandeza estética y sea incapaz de ahondar mínimamente en su mensaje rizomático, más complejo en cuanto se sacude su calma estructural. Lo más cerca que Lopushansky ha estado de Tarkovski (cerca, como fraternidad semiótica antes que visual) fue en su debut de 1986, PISMA MYORTVOGO CHELOVEKA (CARTAS DE UN HOMBRE MUERTO), extrañísimo film que casi es capaz de amortizar los muchos tiempos muertos del apocalipsis según Tarkovski en beneficio propio. Otra cosa es, treinta años después (2006), lo expuesto en GADKIE LEBEDI (LOS CISNES FEOS), espesísima adaptación de la estupenda novela de los hermanos Strugatsky, que empieza como un film (bueno) de Lars von Trier, sigue como David Lynch (con cortinas y enanos) y al final del todo, cuando estamos a punto de que nos tomen el pelo, empiezaa retorcerse las cañerías bajo una lluvia interminable... Sí, Tarkovski sólo muy rozado. Aun teniendo un buen fondo, una historia interesante (unos seres mutantes están creando una superraza de niños para instaurar la paz en un planeta devastado por las guerras) y unas interpretaciones convincentes, hay algo que no termino de creerme, una especie de ruidillo sordo en algún lugar muy alejado de mi cinefilia y que me lleva a no entregarme por completo, quizá por miedo o por respeto excesivo. Puede que tenga su cuota de admiradores, pero no saber qué bando integra, esa terrible indecisión, deja a esta obra (la última hasta el momento) como una curiosidad para muy iniciados.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!