martes, 19 de noviembre de 2013

Robert Siodmak: Tiempo y esfuerzo #7



PHANTOM LADY, de 1944, es una obra absolutamente atípica en el panorama hollywoodense de la época y un film que deja ver muy a las claras la personalísima mano de un Siodmak sin agobios de presupuesto y con un guion realmente sólido. Casi podríamos afirmar, al menos en su primera mitad, que estamos ante una especie de "anticipo" de un cine negro que aún tardaría algunas décadas en llegar; hay quien lo compara con el Edgar G. Ulmer de DETOUR, pero Siodmak fue aún más osado y, si lo fuésemos nosotros, yo me atrevería a incluir a David Lynch o Atom Egoyan como herederos directos de una forma de filmar que no se encuadra dentro de una directrices convencionales. Ya su rompedor arranque, con la fantasmal presencia de una mujer que casi parece venir de una época muy anterior y su escueta conversación con un personaje que en otro momento sería el protagonista, pero que aquí va difuminándose hasta ser no más que la excusa sobre la girarán la siguiente terna, como si de un film secundario y escindido se tratara. Así, este personaje, un hombre acusado injustamente de asesinar a su esposa, importa menos que la tozudez y valentía de su secretaria, que se entregará a un peligroso descenso para desentrañar un asunto que es un misterio casi imposible de resolver. Y no quedará ahí la cosa, puesto que un tercer elemento entrará en juego con el film más allá de su ecuador; el socio y amigo del acusado, cuyo secreto hará estallar el momento más oscuro y terrorífico de esta inquietante historia, no tan complicada como pudiese parecer, sino más bien dislocada y con una estructura, como decíamos, francamente original. En el apartado interpretativo, insisto, el habitualmente discreto Alan Curtis estaba correcto junto a la fantasmal Fay Helm, aunque luego el relevo lo tomarían el legendario Franchot Tone y la bellísima Ella Raines, verdaderos baluartes de esta sensacional cinta con aires de Serie B pero con muchísimo que ofrecer en sus inspirados ochenta minutos.
Saludos.

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