jueves, 21 de marzo de 2013

Economía en largas travesías



¿De qué manera se podría abordar hoy día una historia tan simple, con tan pocas dobleces, como la mostrada en (y es sólo un ejemplo sintomático) ALONG THE GREAT DIVIDE, a la postre uno de los mejores westerns (y menos conocidos) de Raoul Walsh? Posiblemente, y en primer lugar, sin asumir el riesgo de darle el papel protagonista a Kirk Douglas, que acometía así su primera experiencia en dicho género. Pero no sólo Douglas aprueba con nota metiéndose en la piel de un personaje más oscuro de lo que parece a simple vista, un sheriff cuya integridad se ve constantemente a prueba cuando, literalmente, ha de escoltar no sólo a un hombre injustamente acusado de asesinato (un magistral, como siempre, Walter Brennan), sino a su hija (Virginia Mayo) y, circunstancialmente, al hijo del terrateniente que le sigue los pasos  hasta el pueblo donde un juez ha de probar si es culpable o inocente, mientras la intención del terrateniente es, sin más, lincharlo y ahorcarlo, pues mantiene que dicho hombre ha matado a su otro hijo. En el tortuoso camino iniciado por el sheriff, tendrá que hacer frente a los hombres que le persiguen, a la hija, dispuesta a liberar cuanto antes a su padre, e incluso a su propio ayudante, sobornado por el otro eventual prisionero. A medida que el camino se alarga, las fuerzas empiezan a desfallecer y el reto consistirá en calibrar la fortaleza moral de un hombre que terminaría con todos sus problemas si sólo dejara marcharse a sus prisioneros. Walsh filma con brio y firmeza el estupendo guion de Doniger y Meltzer, otorga el tiempo justo a cada personaje, los deja respirar y nunca los pone en ridículo, y todo pese a que se trata de una de esas historias trilladas hasta lo indecible en el western; sin embargo, es cuanto menos gratificante comprobar cómo el relato clásico no pierde su vigencia, sino más aún, cómo ha horadado tantas vanas pretensiones en títulos de corte similar pero con un ombliguismo que, el caso de un maestro como Raoul Walsh, y ya desde su etapa muda, quedaba aparcado. Y es que profesionales hubo...
Saludos culpables.

3 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

Muy buena. Es como una especie de germen de "El Último tren de Gunn Hill". Pero más seca, menos melodramática.
Y puede que sea el western en el que se consigue que Kirk Douglas lleve más tiempo puesto el sombrero (y no es mucho tampoco).
¿Raoul Walsh?, me suena... ah, sí, es ese director de cine que nunca aparece en ninguna de las listas de mejores que elaboran los sabios. Claro, es que no era auteur.

dvd dijo...

No, sólo era un maestro...

David dijo...

A mí esta me gusta mucho. Como dice Mr.Lombreeze. Muy buena. Y aún diría más... muy pero que muy buena.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!