domingo, 16 de diciembre de 2012

Rincón del freak #89: Los espectadores indiscretos



La conclusión (nada original por mi parte, por cierto) es que cada tipo de cine (más que "cada película") tiene su propio público esperándola para verla y valorarla en su justa medida. Quiero decir con esto que, más que "públicos de élite", lo que regula el mercado que lo que se ve y cómo se ve es el producto en sí, que sólo tiene que esperar a que sea "su público", y no otro, quien lo enfrente ¿Quiere decir esto que me atrevo a borrar las concepciones clásicas de "buena" o "mala"? En absoluto, pero sirve para ir conjugando parcialmente los cambios que el audiovisual está experimentando, en consonancia con una crisis a la que no es ajena. Pensemos, por ejemplo, en cómo la práctica totalidad de la cuota reservada al cine de evasión puro y duro excluye sin remilgos ni pudor a toda aquella facción de pensamiento que no se alinee con "lo juvenil" (y sea esto lo que sea), lo que ha ido dando productos que, ante su falta total de ideas, se han limitado a "juvenilizar" argumentos que ya existían, y sólo como estrategia para que siempre exista un público cuya motivación sea la identificación con lo que va a ver. Posiblemente, lo que mejor y más claramente podría ilustrar estas palabras sería la infumable saga TWILIGHT, capaz de reducir el concepto de cine de monstruos hasta que quepa en el atestado dormitorio de una adolescente. Sin embargo, me va a bastar con apenas unas líneas sobre una gilipollez estrenada sin pena ni gloria hace unos cinco años. Atendía al sugerente nombre de DISTURBIA y pretendía ser, ojito... ¡LA VENTANA INDISCRETA para adolescentes! Es decir (y volvemos al principio): la estrategia es desviar la atención sobre si la película es buena o mala, esto no se discute, sino que el plano de discusión se desplaza hacia si quien la va a ver tendrá más o menos edad; aunque hoy día, esto ya no quede tan claro verbigracia de la cirugía estética, claro. Pero como yo soy un carca de corazón, ya les adelanto que la película es una bazofia, y que perpetrar cualquier conato de aproximación con la inmortal obra maestra de Alfred Hitchcock no es que sea un sacrilegio, sino directamente motivo de burla y destierro. No la vean, a menos que les vayan los muchachillos sobrehormonados que espían a sus vecinitas desde la ventana de su cuarto con un trasfondo de Blink 182... Ya saben...
Saludos molestados.

2 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

Pero es que, para más INRI, esta "juvenilización" de los géneros que, como estrategia de marketing podría incluso contar con mi respeto, va de la mano de algo mucho más grave: la "estupidización" de la juventud a la que van dirigidas estas cosas. Es decir, si en DISTURBIA, el adolescente protagonista se hiciera, por ejemplo, una gayola mientras espía a la vecina, que es lo más normal del mundo, la historia entraría en otra dimensión. Y si fuera espiando a la comunidad de vecinos adolescentes y cada uno de ellos representara un microcosmos juvenil, aunque fuera clicheado, pues lo mismo. Pero no.

dvd dijo...

En ésta, el bueno de LaBeouf hace el intento; pero etá claro que una juventud pajillera no vende, así que tras hacer el idiota y ser descubierto (bochornosamente), pasa del onanismo a ser el conquistador ideal... Muy cuco todo, vaya, pero si don Alfred levantara la cabeza...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!