miércoles, 18 de enero de 2012

Calculada naturalidad



Wayne Wang es uno de esos directores perfectamente asentados entre la industria y la independencia (con más de la primera que de la segunda) y que no necesita demostrar gran cosa a estas alturas. Sea esto mejor o peor, la cuestión es ¿qué película puede (y el verbo ha de ser necesariamente este) hacer ya el director de origen hongkonés? Es curioso comparar sus dos últimos films para borrar de un plumazo cualquier tentación de duda. La que hoy nos ocupa, A THOUSAND YEARS OF GOOD PRAYERS y la muy reciente SNOW FLOWER AND THE SECRET FAN; incluso, en menor medida, la fallida y confusa THE PRINCESS OF NEBRASKA. Y esto es dar cuenta de cómo y cuánto ha supuesto la integración de la comunidad china en Estados Unidos con una visión demasiado respetuosa para ser sarcástica y manteniendo una especie de fe inconmovible por "lo tradicional", sin que existan grandes traumas ni fracturas por ello. La mínima, casi aséptica historia de Yilan, que recibe a su padre, recién jubilado, parece prometer mucho más de lo que finalmente ofrece; Yilan se acaba de divorciar y su padre, evidentemente, es incapaz de concebir un asunto tan nimio en nuestra cultura. Esto, unido a "lo bien" que se integra el señor Shi en un sitio tan radicalmente distinto al suyo es, prácticamente, el menú mediante el que Wang quiere contarnos... no sé exactamente el qué, a menos que su tibieza estructural se invista (y esto ya es más preocupante) de los sosos oropeles de la autoayuda más convencional. Todo es demasiado previsible y demasiado machacón, la hija no llega a arrepentirse pero "aprenderá una valiosa lección", mientras el paciente e hierático señor Shi comprobará de primera mano que el american way of life no es el mejor de los caminos, pero es, al fin y al cabo, un camino como cualquier otro. Es decir, hora y media después nos seguimos preguntando si merecía la pena tanto esfuerzo conceptual para un par de apuntes a pie de página.
Mil saludos.

2 comentarios:

Cinemagnific dijo...

He leído el libro de relatos A Thousand years of goog prayers (aquí le han llamado Los buenos deseos -por cierto, La princesa de Nebraska es otro de sus cuentos-) y me encantó, pero no he visto estas pelis de Wang, de desconcertante camino cinematográfico cuanto menos. Cuando las vea, te comento.

dvd dijo...

No he leído el libro. En cuanto a Wang, sí que me parece que ha sido incapaz de encontrar una identidad propia, reconocible; a sus películas les falta entidad y le sobran lugares comunes...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!