jueves, 13 de agosto de 2009

Humor amarillo

No invento nada si digo que Takeshi Kitano fue uno de los máximos impulsores de aquel entrañable parque temático televisivo que fue Humor Amarillo y que amenizó nuestras sobremesas sabatinas a base de orientales avergonzados masoquistamente. Nos gusta Kitano, o nos gustaba, o no nos gusta nada, o Kitano nunca pretendió gustar y sin embargo gustó, algo que queda reflejado perfectamente en su agrio personaje de EL VERANO DE KIKUJIRO, que acaba por ser gracioso aunque no quiera. Pero puede que un tipo tan excéntrico como Kitano haya sido capaz de la vuelta de tuerca definitiva acerca de identidades y afinidades. En TAKESHIS', su obra más enigmática y desconcertante, Kitano muestra su propio disgusto con el personaje al que ha ido dando forma a lo largo de veinte años. Como muestra, el comienzo, donde todo parece ir desarrollándose como debe hacerlo una peli de Kitano. Las chulerías, el tic del guiño, las pistolas agarradas con desgana, la apatía de los asesinos... Hasta llegar al tiroteo, brutal, a mil decibelios, a quemarropa... Sin embargo, si estamos atentos, aquello dura unos segundos, demasiado; es como si Kitano nos hablara con las balas y dijese: "Pues sí, otro tiroteo más (bostezo)... Ahora cambiaré el plano y habrá japoneses convulsionándose por los impactos... Y luego a hacer caja... Y tal y tal...". Porque si no me equivoco, TAKESHIS' es un relato sobre la desidia creativa provocada por una repetición sistemática de una serie de códigos que pasan por originales. Luego, Kitano lo embrolla todo con un alter ego que es un payaso en paro, lo enfrenta con el gangster, sale otro tiroteo en la playa y a la mitad de la película (sí, película) nos da la impresión de llevar cuatro horas en la sala del cine, pero sólo llevamos cincuenta minutos. No han faltado voces "autorizadas" que le comparan con Lynch (a este paso todo el mundo es Lynch, cuando se suponía que era un tipo raro) o con Fellini y su 8 1/2, lo que ya me parece desbarrar de lo lindo, qué quieren que les diga. Aparte de que el cine japonés ya es rarete de por sí, este artefacto puede que sea un intento de desapego de su autor, pero luego habrá que ver si esto es cierto o nos ha tomado el pelo, porque tanto GLORY TO THE FILMMAKER! como ACHILLES TO KAME vienen a ahondar sobre las mismas obsesiones, aunque algo más atenuadas que aquí, así que mi limitado magín echa de menos al viejo Beat Takeshi cargándose a los malos con esa sonrisilla forzada suya mientras intenta ubicar a este nuevo alter ego ultrarreflexivo y trascendente.
En fin, cosas de japos.
Saludos de mí yo él...

5 comentarios:

Eduardo dijo...

A mí, decir que me gustaba Kitano (más de lo que realmente me gusta) me sirvió una madrugada, para que me pagasen unas rondas en un bar en una solitaria y complicadísima noche que nunca podré contar, en Hiroshima.
Tambaleandome, esa noche volví a mi hotel sabiendo que Kitano me había salvado la noche. A pesar de que tuve de ver un programa de sketches en japonés, que por otro lado me pareció hilariante. Así iba...

Crowley dijo...

Para mi Kitano es un gran director, que hace lo que realmente le apetece y además lo hace bien, con un estilo único y personal (que a mi no me recuerda a mi idolatrado Lynch). Conocí su trabajo por pura casualidad y desde entonces soy incondicional de este genio del país del sol.
Saludos

Lucifer, Becario del Mal dijo...

Kitano es uno de mis muchos Dioses y "Humor amarillo" un pequeño evangelio del disparate. Me ha sacado de más depresiones que los castings de OT. Y ahora en serio, pese a que su última trilogía es algo críptica hay que reconocer que sabe como hacer que se ría la gente, hasta de uno mismo. Muy recomendable.
Saludos!

Dr. Quatermass dijo...

Tengo que ver Takeshis, pero "El verano de Kikujiro" tiene un punto surrealista completamente irresistible, aunque no se yo si lo prefiero cosas más "serias" como Zaitoichi...

dvd dijo...

¿ZAtoichi seria?... Pues yo me reí de lo lindo...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!