James Gray es un valiente, de eso no hay duda. En un mundillo, el cinematográfico, y más concretamente el yanqui, los supuestos renovadores de los géneros (algo absurdo en su misma concepción) suelen escudarse en embrolladas tramas y complejos juegos de ingeniería para enmascarar una total ausencia de ideas. Gray, en cambio, se tira a la piscina y muestra su amor por los tipos que hicieron de este negocio algo grande. Debe mejorar, y mucho; al lado de sus amados Scorsese, Coppola o Peckinpah, James Gray aún es un aprendiz rebosante de vitalidad, con ganas de hacer cine "de verdad", pero con algunos puntos flacos que hay que señalar para no caer en un entusiasmo facilón. En WE OWN THE NIGHT se encuentran todos los vicios y virtudes de este prometedor cineasta. Su ambición, sin ser desmedida, es patente desde el comienzo, con una soberbia escena general en un club a finales de los ochenta, cuando las sustancias corrían sin problema y las guerras entre narcos y policías eran habituales. En esos primeros quince minutos queda perfectamente trazado el personaje de Joaquin Phoenix, un tipo que cada vez me convence más aunque siga esperando su "gran salto" particular. Phoenix regenta el club, propiedad de un simpático abuelete ruso, y realmente "posee" la noche, entre fiestas continuas, dinero fácil y Eva Mendes, que no actúa ni falta que le hace. En el otro extremo se encuentran el padre de Phoenix, un sólido Robert Duvall, y su hermano, Mark Wahlberg con su habitual cara de Airgamboy. Phoenix se encuentra atrapado cuando se produce una redada en el club y debe decidir de qué lado está. Como digo, la historia es lo suficientemente rotunda y está bien contada, así que no se hace larga, pero sí es larga; llegado cierto punto, uno tiene la dudosa sensación de que Gray no hace más que dar vueltas en círculos sin avanzar, así que la buena idea de partida acaba por desembocar en una parte final demagógica a más no poder y, ya en pleno mareo de "Nosotros somos los buenos y ellos los malos", para rematar, Gray se desinfla incomprensiblemente y acaba la película con un tiroteo que podría haber filmado tranquilamente Chuck Norris. Una sensación extraña, ya digo, porque un film que quiere ser grande se ve incapaz de crecer cuando sus influencias se hacen demasiado evidentes. Lo que equivale a decir: "¡Qué grandes siguen siendo Coppola y Scorsese!"
Saludos noctámbulos.
2 comentarios:
Yo creo que fue una de las mejores películas de 2008. Me encanta el cine de Gray. Todas sus películas contienen una emotividad con la que sintonizo muy bien. Su gusto a la hora de elegir la música es exquisito.
Las relaciones familiares que refleja son maravillosas.
Y si bien es cierto que el tiroteo final es algo flojo, el epílogo, episodio de amor fraternal, me emocionó profundamente.
Gran peli, gran director. No se pierdan ninguna de sus películas.
Hola dvd,a tí llegué por el blog de Pabela la primera en adherir a nuestra propuesta. Quería invitarte a formar parte del primer banco de cinéfilos un espacio donde promocionar blogs de habla hispana relacionados con el séptimo arte y darlos a conocer, fomentar el conocimiento entre gente con la misma pasión, etc. Pásate por el blog a ver qué tal te parece la idea.
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