Un par de aclaraciones y otro par de contradicciones, necesarias por otra parte, para evaluar convenientemente esta película que no es tal, sino un interesantísimo trabajo de graduación; si nos ponemos graciosos, incluso muy por encima de gran parte de la bazofia oficial estrenada cada año. El nombre de su director/aspirante/estudiante es J.T. Petty, que desde los diez años transcurridos desde este boceto en imágenes ya ha dado algunas muestras de su singular y nada acomodaticio talento.
Bien, la cosa en cuestión se llama SOFT FOR DIGGING y sólo unos cuantos han podido acceder a ella en pequeños pases y festivales cuasiamistosos. Es cortita (74-75 min.) y una paranoia absoluta. En clave casi muda (creo que la línea de diálogo abarca tres frases), cuenta de una forma inquietante la monótona vida de un señor anciano que vive solo con su gato en un apartado bosque y tiene algunas costumbres tales como ir a recoger el periódico que cada día le lanza un chico desde la bicicleta o tomar una taza de té en su destartalado porche. Sin sobresaltos hasta que un día al gato le da por escaparse y el tipo, enfundado en una estrafalaria bata púrpura, lo sigue a través del bosque. Al llegar a un claro, es testigo de una extraña escena: un hombre le da la espalda junto a un coche, del que sale una niña vestida de colegiala; el hombre agarra a la niña por el cuello en la imagen que ilustra este texto y el anciano, asustado, echa a correr. Hasta aquí se nos han mostrado unos treinta minutos de buen suspense narrativo, el problema viene dado cuando hay que seguir contando cosas y el contundente inicio deriva en una parte final deudora de un Sam Raimi de saldo totalmente prescindible.
De todas maneras, con sus defectos de principiante, supone un aceptable boceto de presentación para un director que luego, y siempre con nula distribución, ha firmado algunos trabajos verdaderamente interesantes. Recientemente pude ver THE BURROWERS, un curioso cruce entre western y horror que puede dar una idea sobre su prometedor futuro inmediato.
Saludos desde una ciudad donde hace cuarenta y tres grados, está nublado y ha empezado a llover... No digo más...
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