Vamos a hablar hoy, diez años después de su estreno, de una película excepcional, basada en una novela magistral del genial Graham Greene ¿Qué podría salir mal?... Nada, supongo. Los actores están espléndidos, el relato mantiene la tensión y no decae, la ambientación está cuidada.
THE END OF THE AFFAIR fue la segunda adaptación de este relato de amor intemporal basado en la necesidad de ser libre para alcanzar la plenitud; pero sólo nos quedaríamos en la superficie de una historia de infinitos matices, dura y delicada al mismo tiempo, rabiosamente actual pese a necesitar del marco de la segunda guerra mundial, y más concretamente de los bombardeos sobre Londres. Aquí, se produce un intenso y desconcertante "juego" a tres bandas con el romance sostenido casi místicamente por el fogoso y liberal escritor interpretado por Ralph Fiennes y la insatisfecha pero dolorosamente leal esposa, una impresionante Julianne Moore nominada al oscar. Aunque me gustaría, ahora que puedo, resaltar al tercero en discordia, Stephen Rea (actor fetiche de Jordan) encargándose de un rol francamente complicado y que Greene sitúa en la novela casi como un alma en pena, el marido impotente y beato que ama con locura a su mujer pero se ve incapaz de satisfacerla, por lo que el encuentro entre éste y el escritor-amante (amigo a su vez) es un prodigio de sutileza narrativa, provocando la ira del personaje de Fiennes, que no entiende la tranquilidad y abnegación del marido ultrajado; el marido que comprende perfectamente que la felicidad que desea para su mujer sólo puede ser plena aceptando su propia derrota. Todo ello salpicado de esa dualidad Fe/Falta de fe que es una temática casi omnipresente en el complicado imaginario de Greene.
Notablemente superior a la versión de 1955 de Edward Dmytryk (mucho más recatada y complaciente que la de Jordan), THE END OF THE AFFAIR supone un paso adelante a la hora de enfrentar el relato clásico con las armas actuales; sin renunciar a la potencia de la narración y explotando recursos visuales y sonoros. Esto se encuentra patente en la cruda e inolvidable escena de la casa bombardeada con los dos amantes dentro. Impresionante.
No cuento nada, sólo recomendarla para quien no la viese en su momento. Una de las mejores obras de su autor y posiblemente de toda la década pasada.
Saludos aventurados.
9 comentarios:
Esta no la he visto, me la apunto para verla con mi mujer. Ya te contaré.
Saludos
Excelente película, todavía recuerdo la subida por las escaleras y la mano de él rozándole el muslo a la preciosa Julianne. La ví el pasado invierno y me gustó muchísimo.
Que buen resumen.
Hola, llego desde La Cinerata!!!
No conocia esta película ni tampoco la anterior!! Voy a buscarla!!!
Tanto él como ella me parecen actores extraordinarios!!!
Saludos!!
A Jordan no hay que subestimarlo, tiene obras grandísimas.
Pues no la ví en su momento, a pesar de las excelentes críticas, y así sigo, pero no es fa´cil encontrar el DVD. Si es que no hay como hacer pelis sobre hechos históricos o sobre la enorme cantidad de literatura excelente que YA EXISTE. Chinita que mando a los guionistas "originales"
No conocía esta peli, pero voy a recordarla, a ver si la encuentro. Genial, Graham Greene... un escritor muy visual, además. Aunque tampoco he leído la novela, a decir verdad, pero no importa. Por cierto, ¿oíste que Rob Marshall, el director de Chicago, está trabajando en algo que es un remake de "Ocho y medio" de Fellini pero que a la vez no es exactamente un remake? A lo mejor andas enterado de cómo va esa movida, y para cuándo estará circulando el filme. Yo vi hace no demasiado el trailer. Escribí algo en mi blog al respecto (cafedesencuentro.blogspot.com). En fin, gracias por esta recomendación.
Una estupenda película de esas que pasan sospechosamente desapercibidas. Yo hay cosas que no entiendo y que El fin del romance no la conozca nadie, siendo tan buena, es algo tremendamente injusto.
Un abrazo.
Gracias por recordarme este imperdonable fallo en mis visionados, especialmente teniendo en cuenta cuánto me gustan Greene y Jordan.
Me la veo esta semana sin falta.
¡Vedla, vedla!...
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