jueves, 30 de abril de 2009

La belleza de lo parcial

Víctor Erice, uno de los pocos directores de cine españoles que pudo, en su momento, dar un giro sustancial, aparte de cierta entidad, al desnaturalizado cine español. Un cineasta antes crítico, luego hombre, en medio tres pausas de diez años cada una. Bueno, la última dura ya diecisiete y no parece que vaya a alterarse próximamente.
Yo no sé si Erice es uno de los tipos que más saben de cine en este país, pero no me cabe duda de que ha demostrado con sus tres films que es uno de los grandes nombres y que eso no hay quien lo discuta.
Hablé en su momento de la que considero su mejor obra, EL ESPÍRITU DE LA COLMENA; así que hoy le va a tocar a ese diamante extraño que es EL SUR.
EL SUR es la sosegada historia de amor entre un padre y su hija (nobleza obliga), y un minucioso y deseperado retrato de las miserias y carencias del periodo de posguerra en una apagada ciudad de provincias. Y EL SUR también es un luminoso tratado acerca del cine y su fascinante atracción, tema que ya abordó Erice en su primer trabajo. Y un descomunal tratado sobre el fuera de campo, imposible cuanto que toda la película gira en torno a un fuera de campo bigger than life (perdón), una ausencia que se torna insoportable: Sí, claro, el sur. El sur como concepto y no sólo como sitio de raíces al que aspirar a volver. Mientras el film todo es norte, palpamos ese sur inalcanzable, casi mitificado en ese puente emocional que forman unos inconmensurables Omero Antonutti e Icíar Bollaín, que en clave casi de cine mudo impresionan por su muda locuacidad.
Sabida es la ¿anécdota? ¿leyenda? ¿maldición? que ocurrió en mitad del rodaje, donde el férreo control de Elías Querejeta casi obligó a Erice a no continuar con su "segunda parte", la cual iba a desarrollarse en ese "sur" que había sido deliberadamente obviado en imágenes. Hubo un pase privado (con la película a medio rodar, recordemos) que entusiasmó tanto a Gilles Jacob que Erice no tuvo más remedio que claudicar de su empeño de continuar con el proyecto. Una vez más, Querejeta.
No sé qué hubiera ocurrido, pero este "SUR", pese a no verse, pese a transcurrir en el norte, sigue cautivándome de una forma casi sobrenatural. Insuperable la escena en la que Suspiros de España suena en ese restaurante, de esa época, con esas personas de entonces, sólo de entonces.
Saludos desde el sur.

3 comentarios:

Dr. Quatermass dijo...

Me parecen magistrales las dos, y es una pena que este director no fuera más prolífico. No sabía la anécdota de Querejeta, interesante!

Saludos!

MK dijo...

Me encanta la escena en que la madre , silenciosa y casi abducida por esa vida norteña , está leyendo recostada en un sofá y la hija observándola le pregunta si le gusta el libro. A lo que élla contesta "mucho" con una expresión ausente y con un hermoso brillo en sus ojos. Qué ha sido de esa actríz?

MK dijo...

Vaya selección de fotos la de su carátula .Ese camarote de los Hermanos Marx también es una de mis preferidas. Añádele a Miss Kubelic repartiendo cartas a Mr. Baxter, esa escena del final del autobús de El Graduado. Una foto de Mary Kate Danaher echando su dote a la caldera frente a un inconmensurable Quiet Man,un primer plano de ese sutil desaliento de Audrey Hepburn y su crisis matrimonial en "Dos en la carretera". Y ese cómplice abrazo del señor y la ya señora Alnut , entre los restos del naufragio de su "Reina de Africa"...bueno , vale , ya paro.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!