miércoles, 19 de noviembre de 2008

Barbie, Ken, Bush...

No tengo muy claro si la incursión de un tipo como Barack Obama en la white house podrá llegar a significar un cambio sustancial en esa poderosa jaula de grillos que es yanquilandia. Mientras tanto, nos solazamos los ofendidos (que somos muchos) con los diversos y desternillantes (en algunos casos) destrozos a los que el presidente saliente ha sido sometido a lo largo de su regular mandato (digo lo de regular no por templado, sino porque todo ha sido malo...).
Todos recordaréis a los artífices de aquel atropello visual que fue SOUTH PARK, que aglutinaba fervientes detractores y seguidores por igual ¿Su secreto?, aparte de la escatología como arma arrojadiza, una lengua afilada y afeitada, la sensación de ser casi los únicos en atreverse a derribar mitos en la tierra que más mitos por metro cuadrado ha fabricado.
TEAM AMERICA POLICE WORLD no es gran cosa, cinematográficamente hablando, pero empieza (y acaba) de una forma inimaginable dentro del globalizado panorama de la corrección política. Los marionetizados protagonistas son una panda de indeseables fascistas encargados de salvar al mundo de los malos malosos provenientes del malvado oriente endless. Para ello, sus métodos son de todo menos sutiles y los "daños colaterales" incalculables, vidas inclusive. En fin, lo que pasa todos los días en Irak (por ejemplo) desde que al señor Bush le dio el emperre de meter sus sucias narices en el no menos sucio panorama petrolífero. La gran baza de TEAM AMERICA (si no se tienen demasiados remilgos) ocurre al final, cuando todos los malos del mundo, en una trilladísima secuencia de alianzas y conspiraciones, son abatidos por la policía del mundo ¿? y unos tipos... ¿cómo llamarlos? Ah, sí, la avanzadilla progre americana, formada por Tim Robbins, Susan Sarandon, Sean Penn... etc, irrumpen en escena para defender la maléfica libertad de expresión, llegando a unirse a la causa de los "terroristas". O sea, que aquí no se libra ni el Tato, vaya.
Una escena a destacar: Impagable Kim Il Jong en un número musical en plan sad star, declamando lo solito que se siente un dictador en la cumbre de su imperio... Tremebundo. Por no hablar de la desternillante e ingeniosa escena sexual de los protagonistas, repleta de tópicos cinematográficos (recordemos que se trata de marionetas...).
Saludos impertérritos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!