domingo, 9 de noviembre de 2008

La belleza

"Quien ha contemplado la belleza está ya consagrado a la muerte".
En tiempos tan prosáicos como éstos, una frase así carece de sentido si no va acompañada de una lógica aseveración que tranquilice nuestro cuadriculado subconsciente ¿Miedo a la belleza? Por supuesto. Todo lo que resplandece ante nuestros ojos nos avergüenza, nos hace bajar la mirada y rechazarlo con un argumento que nos devuelva al mundo terrenal del que no queremos salir.
Nunca he entendido el velo que ha acompañado a un film como MORTE A VENEZIA, del maestro Visconti. Quizá no sea más que lo antes dicho, pero la película es mucho más. Empezando por que es una sublime y personalísima versión de la arrebatadora novela de Thomas Mann (Sí, he leído La Montaña Mágica), jugando con la figura de otro maestro (Gustav Mahler) y retando al espectador a liberarse de prejuicios homófobos y pederastas. Porque lo que Gustav von Aschenbach ama es la consagración de la belleza encarnada en un joven muchacho; que no tiene que ser entendido como el único, sino el suyo, lo que le ha cegado y se convertirá en su perdición. Dirk Bogarde encarna de forma magistral la decadencia no sólo de un personaje, sino de toda una época que iba derrumbándose lentamente a finales del XIX; lo que era habitual pasaba a ser ya reliquia del pasado y objeto amado pero inalcanzable. Y es precisamente eso lo que considero crucial tanto de la novela como del film, esa capacidad para hablar de la belleza no como algo vacío y/o frívolo, sino la única antesala digna antes de nuestra propia decadencia, antes de desaparecer...
Bellos saludos.

1 comentario:

Vivian dijo...

"Muerte en Venecia" me fascinó desde el primer instante, la plasticidad de cada imagen que trasciende la decadencia para convertir en belleza cada uno de sus fotogramas. A Visconti le debo no sólo el placer de haber podido disfrutar de la película, sino el descubrimiento del que sigue siendo mi amor literario, Thomas Mann, sí yo también he leído “La Montaña Mágica”, pero hace tiempo que dejé de pedir excusas o dar explicaciones para justificar mis gustos literarios.
Me ha encantado leerte, creo que transmites a la perfección la esencia de la película, que es también la esencia del libro.

Un saludo

P.D: No sabes que alegría me da cada vez que descubro a alguien que ha leído “La Montaña Mágica”, a algunos les podrá parecer una tontería mi alegría, pero, sinceramente, me importa un carajo jajajajaja.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!