jueves, 27 de noviembre de 2008

Frente a la máquina

Las primeras escenas de Ching Shao Nien Na Cha (Rebels of the Neon God AKA Teenage Norcha), REBELDES DEL DIOS NEÓN, para entendernos, nos muestran a unos jóvenes aparentemente hastiados, cansados, aburridos; que delinquen sin mayor trascendencia y que matan cucarachas con apatía. Luego, vemos cómo algunos se relacionan y otros son reservados hasta lo insoportable ¿Por qué? Supongo que Tsai Ming-liang se ha hartado de ver cine francés y habrá visto las coincidencias con veintitantos años de retraso; acaso el verdadero impulsor de la nouvelle vague asiática, lejos del barroquismo visual de Wong Kar Wai o las marcianadas de Kim Ki Duk.
REBELDES DEL DIOS NEÓN es un film que obliga al espectador a mantenerse alerta, cualquier cosa va a ocurrir de un momento a otro... o quizás no vaya a ocurrir nada. Los juegos asimétricos son constantes, con un chaval solitario y enfermizo que odia a sus padres y un curioso triángulo formado por dos ladrones de placas de videojuegos (es de 1992) y la novia del hermano de uno de ellos, que, por cierto, nunca aparece por ningún lado.
Tsai Ming-liang se muestra como un director más taimado que los anteriores (las comparaciones son inevitables), menos dramático; más cercano, por ejemplo, a Bresson que a Truffaut, pese a que Hsiao Kang, el protagonista, venga a significar en su propia filmografía una suerte de Doinel más descacharrante y cruel.
Los videojuegos (el verdadero dios neón) son omnipresentes en pantalla. Incesantes e interminables hileras de personas frente a la pantalla, conectados a ella, desconectados del mundo. Tsai Ming-liang propone un juego al espectador que exige bastante de éste; le hace partícipe de su propia miseria a través de la forzosa aceptación de conductas perfectamente aceptadas en las grandes ciudades, pero que horrorizan una vez expuestas friamente, despojadas de su carácter lúdico.
Neoníticos saludos... (¿esa palabra existe?)

No hay comentarios:

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!