jueves, 13 de noviembre de 2008

Deus ex machina

Superados los traumas derivados de la, por otra parte necesaria, mitificación de aquel olimpo cinéfilo que significaron las películas de horror de la Universal, basadas en su mayoría en literatura gótica, se hacen perentorios e interesantísimos los nuevos campos abiertos por estudiosos en la materia. Yo, personalmente, prefiero siempre el juego (ver entrada anterior) de "el libro en una mano y la película en otra". Cada vez más.
FRANKENSTEIN. Mary Shelley por un lado; James Whale por el otro. Si nos referimos al tenebroso relato de la escritora británica, resulta relevante la categoría casi de intelectual atormentado, de múltiples influencias en sus aterradores monólogos, a través de los que el "monstruo" cede terreno al "superhombre", tanto física como (sobre todo) moralmente. Mientras, en la fantástica e imperecedera obra de Whale se acentúa el rasgo del hombre artificial, en el que no terminan de verse claras las ventajas o habilidades; antes bien, se nos muestra un bebé gigantesco que no para de aprender de su entorno, pero que no sabe controlar su fuerza ante el rechazo de los hombres que sólo ven en él una amenaza.
Por supuesto que sigo disfrutando con ésta y las demás piezas maestras de aquella época dorada de Hollywood, pero me embarga un nuevo placer si comparo aquella visión indudablemente más cándida y la de los precedentes literarios, auténticos arietes psicológicos con los que los intelectuales inconformistas lograron hacer avanzar propuestas que quizá ahora sean de uso común, pero que alguien tuvo que verlo primero, con el mérito que ello conlleva.
Las figuras de la Universal, tótems deificados hasta la parodia, se merecen bajar de vez en cuando de su dorado pedestal y unirse al hombre contemporáneo, a sus miedos y contradicciones. Yo, al menos, se lo agradeceré.
Saludos bajo los pararrayos incandescentes.

1 comentario:

atikus dijo...

Sin duda me quedo con la versión de 1931 de James Whale, e incluso la posterior de "la novia de frankenstein", hay algunas versiones curiosas, pero uno es un clasico recalcitrante y oxidado como franki!!

saludos

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!