viernes, 14 de noviembre de 2008

Cómo estropearlo todo al final después de un principio apoteósico

Recuerdo el cine, la expectación, la cola interminable, los fotogramas en el tablón que te dejaban alucinado... En 1990 yo tenía 16 añitos y no sabía nada de cine, sólo iba compulsivamente a verlo. En 1990, el manga no significaba casi nada en España... Luego vino la fiebre por todo lo oriental, pero esa es otra historia.
La primera media hora de AKIRA es lo mejor que he visto en mi vida en cuanto a cine de animación ¿Por qué? Pues por dos razones sencillísimas pero muy complicadas de llevar a cabo. Primero: Vemos imágenes a toda hostia sin solución de continuidad. El espectador entra directamente en la historia, y eso que aún no se ha contado nada, se trata de una persecución en toda regla. Segundo: Nos olvidamos por completo de que se trata de una película de animación; y eso, señores míos, no se consigue a base de perfeccionar el trazo... SINO DE HACER CINE!!! Katsuhiro Otomo se vale de encuadres imposibles a lo John Ford para dotar de un realismo inusitado lo que otros ni siquiera han rozado. Luego, cuando el protagonista se quita el casco, ya es otra historia ¿Por qué? Pues porque al señor Otomo le toca explicarnos el quid de su megalomanía; y claro, resulta que no había historia, sólo fuegos de artificio. Muy bonitos y espectaculares, pero huecos por lo pretencioso y tramposos por la absurda acumulación de "sí, espera un poco que ahora te lo explico".
En definitiva, estimulante para un chaval de 16 pero exasperante para un desconfiado de 34.
¿Buena?, sí. ¿Mala?, también... Ustedes mismos.
Saludos trepidantes.

6 comentarios:

Gloria dijo...

Para mí esta también es una película sobre la que tengo sentimientos al fifty-fifty.

El principio de Akira es realmente trepidante, te clava a la butaca, pero el problema de Otomo es que, cómo en su cómic original, creo que no sabe muy bien para donde tirar con la historia. Y la historia es lo más importante, y esto lo tendría que haber aprendido del maestro Tezuka, o del maestro Miyazaki.

Y luego es que me resulta imposible empatizar con los protagonistas: Niñatos pastilleros con moto... Jesús! eso lo tengo que aguantar todos los días en el curro...¿porque lo tengo que soportar también en alguna película?

dvd dijo...

No he podido leer el cómic, pero los entendidos dicen que en sus 2000 paginas! se encuentra la clave de lo que en la peli no es más que un desaguisado tremendo. No sé, creo que pasó el tiempo del absolutismo ciberpunk...

ethan dijo...

De acuerdo con ambos. Partiendo de la base de que probablemente habré visto mucho menos cine Manga que vosotros (y no por ser más joven sino por todo lo contrario), los "fuegos de artificio" (como bien los llamaís)sin cimientos en los que sustentarse son ideales para los "cacharritos" de la feria (como decimos aquí).
De Miyazaki sí he visto un par de películas y la cosa cambia bastante porque su imaginación se reparte a partes iguales entre la imagen y el contenido.
Saludos a los dos!

Gloria dijo...

La película se empezó a realizar con el comic aún no acabado. Eso sí, el cómic final, aunque con variaciones, mas o menos sigue la idea base de la película, aunque el efectismo (p.e. dedicar todo un número a una explosión que devasta Neo-Tokyo) predomina... entiéndeme, Otomo es un dibujante y narrador excelente, y el susodicho número quita el hipo, pero digamos que se lanzan al aire muchas ideas y muchas de ellas quedan... en el aire. En el cómic original hay más enfasis en los aspectos políticos (i.e. el poder resultante de unos experimentos y la lucha por controlar y manipular ese poder). Una lectura interesante y muy bien realizada desde el punto de vista gráfico, aunque, sí, muy en la vena ciberpunk y "futuro apocalíptico" que tanto se llevó hace unos años, je, je.

No se si has visto "Steamboy", la incursión "steampunk" de Otomo, que a mí me pareció más redonda, quizás por tener una historia al viejo estilo en un ambiente victoriano y juliovernesco... O quizá porque lo que pasaba estaba más razonado argumentalmente.

Y Ethan... Miyazaki es uno de los más grandes cineastas y fabuladores que conozco: su éxito estriba en que su encanto es transversal... Sus películas son altamente disfrutables por gente que ni es particularmente conocedora del manga, ni aficionada al género de la animación, gente que simplemente, disfruta viendo una buena película: y se transmite el cariño con el que están hechas Bueno, las de Miyazaki y otros directores: como Takahashi y su sobrecogedora "la tumba de las luciernagas" (a ver cuando alguien edita en DVD en España su "omoide poro poro", un filme de animación que no es ajeno a la poética de Ozu)

dvd dijo...

Estos expertos... Si lo sé no pongo nada. Jeje! Sí, vi STEAMBOY y me dejó bastante frío, la verdad. Tendré que revisitarla. Me gustó mucho METROPOLIS, de Rintaro. Y LA TUMBA... es una obra maestra absolutamente sobrecogedora, impresionante...

Gloria dijo...

Metrópolis es brillante: un magnífico trabajo que bebe tanto del manga de Tezuka como de la película de Lang. También en esta se lanzan muchos temas al vuelo, pero en "Metrópolis" están mejor "agarrados", y aquí si que le coges cariño a los personajes: El héroe es valiente y de corazón puro (y no, no te ries de él por ello), el villano jefe de las "fuerzas de choque" de la dictadura es en el fondo un niño que reclama desesperadamente el amor de un padre, la poderosa robot, como el hombre de lata, sólo quiere un corazón.

Si, je, me gustó bastante... hasta la pedí un año a los reyes en DVD para irla revisitando.

Respecto a "La tumba..." ya tengo una edad en que, bueno, una ya tiene la sensibilidad un tanto encallecida, pero con esta película tenia que luchar por contenerme las lágrimas, y eso que ya me había leido la novela original.

Si "la tumba de las luciérnagas" fuera americana y dirigida por Spielberg, estaría en boca de todos, pero como el anime es "para frikis", pues tristemente, no es tan conocida como debería.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!