sábado, 27 de marzo de 2021

Ricos y pobres


 

Vista hoy, una película como MAN'S CASTLE se presta a todo tipo de equívocos, extrañezas o disparidades. Situémonos, porque estamos en 1933, y uno de los temas más demandados en esa "nueva narrativa emergente" versaba sobre el crack económico y su interminable onda expansiva. Había, efectivamente, un nuevo modo de encarar las historias, menos complacientes, con las estrellas de Hollywood encarnando al "hombre común", sus esperanzas, anhelos y debilidades en época de incertidumbre. Aquí, Frank Borzage se centra en la improbable pareja formada por Spencer Tracy y Loretta Young, en la obra original de Lawrence Hazard, que seguía el día a día de un deprimido arrabal, al que lleva Bill a Trina, una joven recién llegada a la ciudad, y a punto de ser tragada por la falta de oportunidades. Bill es un tipo que vive al día, aunque el genial arranque nos sitúe en un equívoco, ya que su lujoso atuendo no es más que un traje de faena, como estrambótico hombre-anuncio. MAN'S CASTLE es como un neorrealismo más amable, sin poder evitar el sesgo melodramático, aunque personalmente encuentro muy interesante ese retrato social, que en apenas 80 minutos traza un hábil y rápido collage de deseos frustrados, amores incondicionales o simplemente momentos congelados en el tiempo, tan sólo para comprobar que la condición humana apenas está sujeta a imperceptibles variaciones, aunque hoy día nos parezcan tan lejanos.
Saludos.

2 comentarios:

David dijo...

A mí esta me encanta. Errores técnicos incluidos. Yo no sé si todavía no dominaban lo de la pantalla de fondo, pero el momento en el que van por la calle y les va pasando por al lado la gente es muy raro visualmente. Sí. Es un error, pero tiene mucho encanto.
Y joder, hay muchas cosas que suenan o son políticamente incorrectas hoy en día, pero que creo que son geniales. Cuando ella le dice que está embarazada y la siguiente escena es un corte a él que está corriendo para coger un tren y largarse. Esa es muy buena.
Leí alguna reseña por ahí que la calificaba de machista (a ver qué peli de aquellos años no lo era) por las actitudes de Tracy con ella...que es quien se ponía a cocinar en la casa mientras él miraba por el tragaluz. No estoy para nada de acuerdo con esa interpretación. Las amenazas o frases de que si le pega o demás son totalmente un juego de coña entre ellos dos. Se ve que él es un buen tipo...sí, le engaña y es un poco vividor, pero la quiere.
Y él es el que curra y trae el dinero. El tema de que se ponga a mirar por ese ventanuco. El personaje de él es un inmaduro, se aferra a esa "libertad"que tiene y no quiere comprometerse. Ella, que al principio es una ingenua y otra inmadura, crece y madura gracias a la relación que entablan. Al final a él le ocurre lo mismo.
A mí es una peli que me gusta mucho. Y tiene detalles maravillosos gracias a que aún no había llegado el código Hays que le dan un aire muy "naturalista"... un poco como el neorrealismo que mencionas... Y tenemos otra vez esos matrimonios sin iglesia de por medio... Una peli estupenda, vamos.
Saludos y buen fin de semana.

dvd dijo...

Muy de acuerdo contigo. Mira, precisamente a colación de lo que dices, me viene al pelo el remake que acaban de estrenar de EL ESPÍRITU BURLÓN, que de lo mala que es me hizo ir inmediatamente a revisar la de David Lean. Y es sorpresivo que el supuesto "giro feminista" que le quieren dar en la nueva, acaba por ser más rancio, y por supuesto más infantilista. En la original, el protagonista es un capullo porque lo es, y no hace falta que sus dos mujeres (la muerta y la viva) le recuerden lo tonto que es, porque todo eso queda implícito en el subtexto, y no lo subraya como la mayoría de la comedia reciente. El arranque de esta película es maravilloso, haciéndonos creer que Tracy es un millonario apiadándose de la pobre chica, cuando en realidad es tan pobre como ella, solo que se la suda todo el stablishment. Es una historia de amor, sin más, y muy adelantada a su época; y el que no quiera o no pueda verlo así peca de un mal muy común: falta de perspectiva.
Un saludo.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!