jueves, 25 de marzo de 2021

Encantado de conocerle


 

El problema con Godard siempre es el discurso, la forma en que enfrenta tal o cual tema, tan alejado de las tentaciones normativas (y normalistas), pero finalmente tan certero que duele interiorizar lo que expone. Uno ve, por ejemplo, SYMPATHY FOR THE DEVIL, y prejuzga sin haber visto nada, o piensa que se podría tratar de la filmación de un admirador, un documento que el tiempo ha tornado imprescindible para entender la gigantesca dimensión de "sus satánicas majestades". Podría ser, y en otras manos no habría sido otra cosa, pero en manos de Godard es mucho más. Es una reflexión sobre la sustancia que retroalimenta al capitalismo, las guerras paternalistas, la hipocresía de los estados occidentales o, por supuesto, el papel, a menudo frívolo, del mundo del arte. También es una lección de cómo se filma la grabación de una canción mítica en tiempo real; pero hasta los Rolling Stones, en manos de Godard, quedan relativizados. Esperar, por tanto, un film musical al uso, terminaría por poner a más de uno (también) en su papel de espectador dócil y aletargado.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!