miércoles, 24 de marzo de 2021

El orgullo que queda al fondo


 

Cada vez tengo más ganas de ver qué puede llegar a hacer Chloé Zhao en la Marvel. Puede ser una locura, un fiasco, una maravilla o una revolución, pero estoy casi seguro de que su aportación es imposible que sea "normativa", no en el modo y forma en que las películas de superhéroes lo son. Tan incontestable es su potencia narrativa, que ésta asoma con plena claridad en SONGS MY BROTHERS TAUGHT ME, su ópera prima de 2015, con la que irrumpió en Sundance. Pese a que son evidentes los guiños al cine de Malick (que tan acertadamente ha ido haciendo suyos), hay una línea de subrayado entre este film y el que va a competir (y muy seriamente) este año por los oscar. El trasfondo es el día a día de una reserva india en la actualidad, pero la intención es la conexión entre las diferentes personalidades que la directora y guionista va presentando con naturalidad pasmosa. Un joven amante de los caballos, que sobrevive vendiendo alcohol ilegal, mientras su hermana menor va descubriendo la terrible realidad de un pueblo literalmente obligado a vivir encerrado en un territorio limitado. Es ese naturalismo, nada forzado, tremendamente imaginativo, el que da alas a un relato íntimo, pero que ansía expandirse en cada retrato, conformando una realidad tan desconocida como apasionante.
Y de nuevo lo digo. Gran cineasta.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!