viernes, 17 de julio de 2020

¿Somos amados?



Esta interrogación es la que más poderosamente resuena en las imágenes de RELIC, debut de la australiana Natalie Erika James, especialmente en un momento particularmente significativo, donde la narración vira por completo y se convierte en otro tipo de historia, justo al contrario de lo que habíamos estado presenciando. Se trata de un film que presenta todas las costantes de un relato terrorífico, pero que guarda otro tipo de reflexión, como los oscuros secretos de esa apartada casa en el bosque, donde llegan una madre y su hija para encontrar a su madre y abuela, desaparecida sin dejar rastro. Lo mejor de la película, además de su corta duración, es que no es nada tramposa, y muestra en todo momento qué es ese enigma que corroe las entrañas de la casa y su única habitante, tan sólo debemos saber mirar en la dirección correcta y no errar los pasos. Sólo se permite una pequeña licencia, cuando ingresa en el terror físico, cosa que no le hacía ninguna falta, teniendo un sentido de la claustrofobia francamente conseguido. Del final se hablará, puede que maraville o repugne, pero no deja indiferente, y muestra a una cineasta a la que no parece asustarle asumir riesgos formales, mientras aprovecha el estupendo trío protagonista para poner en pie esta siniestra fábula que visibiliza la corrupción de la enfermedad, pero también lo mucho que pueden llegar a necesitarnos los demás.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!