sábado, 4 de julio de 2020

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Y sí, UNFORGIVEN tuvo un remake 20 años después, y se hizo en Japón, y está muy bien hecha, pero YURUSAREZARU MONO, que así se llama, arrastra un ineludible problema: ya estaba hecha. Con todo, esta versión es tan fiel al original como novedosa, introduciendo el motivo de los ronin, que le da un empaque si se quiere diferente. La dirigió Lee Sang-il, director coreano que nació en la prefectura de Niigata, y que ha desarrollado toda su carrera en el país nipón. Así, sin desviarse en exceso del guion de Webb Peoples, el director y guionista se lleva la historia hasta el Japón de mediados del XIX, estableciendo múltiples concordancias con dicho tiempo y lugar, y el lejano Oeste, en un asombroso ejercicio de mímesis argumental. Es cierto, Ken Watanabe no es Clint Eastwood, pese a que es capaz de componer un protagonista de una pieza, el atormentado ex asesino Jubei, que lucha incesantemente por dejar su sangriento pasado atrás. Una película muy bien rodada, repleta de momentos de brutalidad y belleza, sin componendas, y que pasó muy desapercibida en su momento, teniendo en cuenta en qué está basada. Al igual que su protagonista, supongo que no debe ser fácil mirar hacia atrás...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!