jueves, 16 de julio de 2020

Fragmentos



Y Godard, por supuesto. O mi titánica tarea de empecinarme desde hace décadas, por clarificar, ordenar, documentar. UNE FEMME MARIÉE, de 1964, es pura modernidad, un salto adelante significativo en la forma de entender el cine (y de pensarlo) del cineasta suizo. La imagen se llena con vacío desde el subtítulo: "SUITE DE FRAGMENTS D'UN FILM TOURNÉ EN 1964". Se elimina el argumento y se va a por las ideas, sin intermediarios. Godard ejemplifica a la mujer moderna desde el sometimiento, el placer del engaño, la indecisión moral o el aburrimiento descuidado de quien pasaba de ser ama de casa a plena esposa. También amante. Macha Méril, aquella enigmática actriz, que en realidad era una noble rusa, se muestra entera, vergonzosamente impúdica, y Godard la observa con curiosidad, como a una estatua, mientras sus dudas y pensamientos van del lecho conyugal al compartido con el amante. Podría ser el mismo placer, pero también el mismo dolor; ninguno de los dos la entiende, cada uno a su manera. Quizá una película de género sin género, una de misterio, sin pistas, sin claves, con el enigma femenino como único lema...
Saludos.

2 comentarios:

ricard dijo...

Es un film bello y enigmático de la mejor etapa de su director, cuando su natural inclinación a la pedantería todavía no era un obstáculo para que afloraran las ideas o las emociones.

Saludos.

dvd dijo...

Totalmente moderna...
Un saludo.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!