lunes, 16 de marzo de 2020

Los amos de la pista



Me ha sorprendido gratamente FORD v. FERRARI, y supongo que puede ser por la sequía de este tipo de películas, films facturados a la antigua usanza, con gusto por el detalle, por mucho que éste no se balancee en ningún momento por los desfiladeros de la pedantería. James Mangold siempre ha sido un tipo que domina muy bien los tiempos narrativos, a lo que suma la loable virtud por no ofrecer más de lo que sabe, y eso queda reflejado a la perfección en este vibrante staccato, sucio y brillante al mismo tiempo, que puede entenderse desde dos vertientes. Sí, las carreras de coches son una pasada, y la recreación de aquellas pistas, con aquellos mecánicos, aquellos coches que literalmente sudaban sangre en el Le Mans de 1966, son una virguería de montaje, que fue precisamente el oscar que ganó, junto a los efectos sonoros, que son otra barbaridad. Pero cabría detenerse en el extraño y finalmente hermoso vínculo que van cimentando dos estupendos Matt Damon y Christian Bale, interpretando a los míticos Carroll Shelby y Ken Miles, constructor y piloto respectivamente, que son requeridos, casi a regañadientes, por Henry Ford II para que construyan un Ford capaz de derrotar al ufano Enzo Ferrari, dominador absoluto de la prueba.
Una película, ya digo, tan sencilla de seguir como de disfrutar, y que no cuenta más que ese pequeño gran trozo de historia, que no es otra que la de son grandes porque saben cuáles son las prioridades.
Saludos

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!