domingo, 29 de marzo de 2020

Rincón del freak #399: El pollanovirus ya está aquí



Esto del coronavirus está trayendo, además de enormes desgracias, algunas de las intervenciones más desafortunadas que servidor ha visto por aquí en mucho tiempo. Como las de cierto médico de Granada, que se dedica a grabar intervenciones mientras aporrea la mesa, se revienta las venas de la frente y suelta exabruptos que harían sonrojarse a la recientemente fallecida Carmen de Mairena. Entre ellos, el rebautizamiento del dichoso bicho como "el pollanovirus", término que no deja de tener su gracia, pero no queda demostrado que haya curado a nadie. El éxtasis sobreactuado contiene una porción importante de hiperempatía, pero también de entelequia enfebrecida... Como un ardor guerrero, como un poema inventado (no sentido), como una mentira impía o como una película porno vestida de otra cosa. Al carajo con von Trier, con Gaspar Noé o con Julio Médem. El que tuvo más bemoles fue Joe D'Amato, desde hoy gran pope del porno encubierto, que yo no sabía que existía, pero que existe. Hay que tener los huevos como cocos para poner una portada en un videoclub, en las estanterías normales, con el título PORNO HOLOCAUST, hacerla pasar por terror y descubrir más tarde que es un porno de los de toda la vida. Como se lo digo a ustedes, loco perdido por no encontrarme el habitual softporn de contorsiones y gemiditos, sino un tsunami de felaciones, penetraciones y eyaculaciones en primer plano. Y aún más, porque en plena desvergüenza, D'Amato alarga todo esto durante más de una hora, atestiguando que era lo que de verdad iba a rodar, y que los canijos treinta y tantos del final se los guardaba para poner a un negro con plastilina en la cara, y así justificar el "holocausto" del título. Les aviso, esto es un porno, pero encubierto, y también da igual, porque es tan asquerosamente mala que lo mejor es la gente echando un polvo, como siempre... Y paro ya que se me salta la vena y empiezo a dar porrazos, y aquí está todo el barrio en silencio...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!