jueves, 31 de octubre de 2019

Películas para desengancharse #71



No hace falta extenderse mucho sobre THE REMAINS OF THE DAY para convencerse de que tampoco puede hacerse algo comparable hoy día. Parecido, sí, pero no igual. No puedes rodar como James Ivory rodaba. Porque Ivory tenía a Ismail Merchant. Y a Ruth Prawer Jhabvala. Y a Pierce-Roberts fotografiando esas mansiones por fuera, testigos mudos de lo que sucede dentro de sus paredes, que es la extrañísima relación entre personas que no son iguales. Ya estaba en la novela original de Kazuo Ishiguro, pero Ivory logra no ya captar su esencia, sino engastar un relato sobre otro, sin que las constantes idas y venidas temporales afecten en absoluto a lo que se quiere contar. Y lo que se quiere contar es el rostro de Anthony Hopkins en el que creo que es uno de los trabajos de interpretación más grandes de todos los tiempos. No puedes rodar como Ivory, porque sólo Ivory podía lograr que nos apiademos de un hombre capaz de defender hasta las últimas consecuencias a su señor, colaboracionista con los nazis antes de la guerra; hasta tal punto, que ni siquiera va a ver a su padre recién fallecido, escaleras arriba, por no interrumpir su servidumbre. Un hombre tan incapaz de mostrar su sentimientos, que quizá sólo el desprecio le sirva para intentar (en una escena de hermosa contención) decirle sin palabras cuánto ama a esa mujer a la que da por perdida desde que la vio por primera vez.
LO QUE QUEDA DEL DÍA es retrato en ámbar detenido, y es una de las mejores aproximaciones a un mundo que no puede volver a ser filmado. No así.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!