lunes, 21 de octubre de 2019

Rebeldía y frustración



DA XIANG XI DI ER ZUO (UN ELEFANTE SENTADO INMÓVIL) es el testamento fílmico de Hu Bo, probablemente el más talentoso de los directores chinos de última hornada, y que se suicidó con sólo 29 años, prácticamente sin ver estrenarse su primera y última película. No es casual el dato, no por lo escabroso, sino por lo significativo. La película sigue, a lo largo de cuatro horas, el devenir de cuatro personajes que buscan una huida a su difícil existencia, pero la cámara, además de seguirles los escucha con atención, deja que se expresen, incluso cuando todo lo que Hu bo muestra es un dolor que se intuye muy dentro. Y si es complicado hablar de poesía fílmica, tanto más si existe una narración que para nada es críptica; no hay regodeo de autor, ni piruetas típicas del debutante que se cree mejor de lo que es. Es u  film ambicioso, sí, pero por el intento constante de atrapar ese instante de honestidad que se encuentra revoloteando por escenas de extrema complejidad compositiva. Hu Bo era también escritor, y se nota, sobre todo en la voluntar de no explicitar, sino en saber conectar las diferentes partes, hasta que se van tocando suavemente y desembocan en un final hermosísimo y triste, pero extrañamente esperanzador también. O como van descubriendo estos cuatro personajes: "El mundo es una agonía constante. No puedes cambiar de vida, no puedes huir, porque tu desgracia te acompañará a cualquier sitio que vayas. Adoptará formas diferentes, pero será la misma impotencia y la misma tristeza". Igual podríamos borrar el título, como si careciera de sentido, y sustituirlo por un escueto "China". El mensaje de este extraordinario film sería el mismo...
Y así acaba esta maravilla
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!