miércoles, 21 de enero de 2015

El cielo que vemos



En el cielo que se levanta sobre nuestras cabezas, el infinito es más bello, el espacio más apacible, hay sitio para las nubes y el viento sostiene a los seres que vuelan y que nos observan a nosotros desde las alturas. Un hombre que sea capaz de abstraer el espacio y convertirlo en una superficie tangible puede aspirar a elevar a su especie a un estrato superior, más puro y ético. Lo que ensaya Hayao Miyazaki en KAZE TACHINU se desmarca de toda su obra anterior desde la perspectiva del combate filosófico entre hombre y máquina, y la búsqueda del primero de que la segunda le otorgue el don deificado del impulso aespacial. La complejidad de su discurso es a veces enmascarado por la belleza de sus imágenes, y no es justo dejar de indagar donde realmente radica el ethos del autor japonés, superado ya su magisterio que viene durando cuarenta años. Como ingeniero, desoye cánticos de sirena y afila su dominio del tema aeroespacial, mostrando el que probablemente sea el deespliegue más apabullante de artefactos voladores que su cinematografía haya mostrado jamás. Como cineasta, Miyazaki nunca se olvida del verdadero motor de sus historias: los hombres. Qué los motiva y qué les lleva a destruirse mutuamente; de dónde nace la solidaridad y el odio; cómo podemos entender a quien no piensa como nosotros y la constancia de sus héroes de carne y hueso (y esta vez con un componente autobiográfico más que evidente). Todo ello hace de EL VIENTO SE LEVANTA una obra maestra intemporal e incomparable, algo que quedará para siempre y para nuestros hijos como un camino moral, ético y estético. Si es su obra póstuma, ustedes no saben cómo lo lamenta el que esto escribe, que pocas veces se ha sentido más elevado y reconfortado en ese fresco contemporáneo que ya es el legado de Hayao Miyazaki.
Maravillosa.
Saludos.

2 comentarios:

Cinemagnific dijo...

Maravillosa e incomprendida. Preciosa película de este sensei.

dvd dijo...

Y el oscar a FROZEN... Brrrrrrr...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!