viernes, 9 de enero de 2015

Abandonados a la discordia



Conciliar opuestos debe ser de lo más complicado a lo que puede enfrentarse un cineasta hoy día; si a ello le sumamos que el cineasta en cuestión es un antiguo diletante ante el duro dilema de abandonar definitivamente su condición de irreverente, pero al mismo tiempo no caer en las pantanosas garras de "lo maduro" (entendido como el principio del fin), nos puede salir una extrañeza como TUSK, último film de Kevin Smith. Sigo sin ver (creedlo) CLERKS, lo que tomo como una ventaja más que como una cabezonería, pero sí vi (y comenté) RED STATE, y lo que en aquélla era pesimismo sombrío, aquí se torna una chanza en toda regla. Sin saber muy bien a qué carta jugársela, Smith empieza con personajes disparatados (con Osment y Long, pensé que estaba ante un episodio prohibido de iCarly!!!) que se embarcan en situaciones aún más raras; no queda muy claro por qué el viaje a Canadá, pero es una excusa para mofarse del carácter de los "vecinos del norte" y dar preámbulo a lo que de verdad importa, que es el momento de la transformación extrema a cargo de un mad doctor bastante inclasificable y que, reconozcámoslo, es prácticamente lo único realmente brillante en esta opereta a mitad de camino de THE ROCKY HORROR SHOW y THE HUMAN CENTIPEDE. Michael Parks es tan buen actor que sin ninguna modificación física es capaz de mostrarse elegante, distante, cercano, inquietante, terrorífico e incluso hilarante, y a eso le llamo yo acercar opuestos, dominarlos y hacerlos suyos. Ahí ha encontrado Smith un filón de oro, en un actor que detiene la imagen en torno suyo, como hacían las grandes figuras del cine clásico; me pregunto qué sería capaz de hacer en manos de, digamos... Scorsese, por poner un ejemplo. En el otro extremo, otro discordante, pero éste menos conciliado: Johnny Depp... Díganme, por favor, a quién les recordó de primeras...
Curiosa, muy curiosa...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!