martes, 11 de marzo de 2014

Robert Siodmak: Tiempo y esfuerzo #23



Parecía difícil de creer que Robert Siodmak languideciera de una forma tan evidente en producciones europeas sin demasiado interés sin dejar, al menos, un último título a la altura de su talento. Y sin ser una gran película, CUSTER OF THE WEST contiene momentos de una expresividad ante los que un cinéfilo no puede más que regocijarse; como si de un imposible intento de retomar el exceso visual de un Griffith se tratase, esta revisitación de la figura del general Custer se desmarca de la épica del film de Raoul Walsh y se impregna de la crudeza de carácter de su protagonista, un Robert Shaw simplemente mimético. Demasiado larga, demasiado dura, demasiado descoyuntada (una película de casi dos horas y media no debería tener estos problemas de montaje), es lo que es, un western de finales de los sesenta, con el género iniciando su declive y con Siodmak, desde hacía varios años, resignado a la incógnita de la coproducción; ésta no lo era exactamente, pero estaba rodada en Almería con la mayoría del equipo de nacionalidad española. De hecho, la fotografía corrió a cargo de Cecilio Paniagua, y reseñemos que, francamente, el "esplendoroso" Cinerama no fue su mejor aliado. De entre los grandes aciertos, yo destacaría la imponente y muy original banda sonora compuesta por el músico brasileño Bernardo Segall y el tremendo cierre, con la inefable batalla... perdón, masacre de Little Big Horn. Y luego me gustaría apuntar un par de curiosidades, como el uso del 3D... ¡sin 3D! que Siodmak se sacó de la manga en varias escenas, como la de una carreta desbocada, la huida de un soldado por un acueducto y el descarrilamiento de un tren, algo que habría hecho las delicias de Jerry Bruckheimer, sin duda. Y luego está la inexplicable elección de Jeffrey Hunter y Ty Hardin... no porque no lo hicieran bien, sino porque eran dos actores tan parecidos físicamente que supongo que hasta Siodmak le puso bigote a uno para poder diferenciarlos... ¡porque además salían juntos en todas las escenas! Por no hablar de los cinco minutos de Robert Ryan (le haría falta el dinero). En fin, título a revisitar por la razón de que es un western exótico y desconcertante y, sobre todo, porque luego ya no habría mucho más Siodmak... De hecho, terminaremos este monográfico la semana que viene.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
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