martes, 4 de marzo de 2014

Robert Siodmak: Tiempo y esfuerzo #22



En DER SCHATZ DER AZTEKEN, de 1965 y también hipercoproducida para la CCC, encontramos quizá al Siodmak más flojo y desganado, a lo mejor con pequeñas contribuciones sólo para ojos muy entrenados (el gusto por forzar a los actores en escenas largas; los elegantísimos movimientos de cámara...), pero nada de ello consigue hacer despegar un film desquiciado y muy vendido a un extraño semikitsch de mueble bar. Yo he leído a Karl May y solía ser un autor pulcro y riguroso incluso en su mojigatería formal, pero de ahí a inventarse un supuesto reducto azteca en el interior de un volcán, para seguidamente llevarnos nada menos que ante... ¡el presidente Lincoln!, es demasiado. La excusa es el viaje del inclasificable Dr. Sternau (un impenitente Lex Barker), que cura a la gente a puñetazos, al México de Maximiliano para... para... anyway... El caso es que hay bailes regionales (yo diría que tirando a flamencoides), Ralf Wolter hace otra vez de graciosete con sombrero raro, hay un azteca rubio que habla alemán... ¿?... y unas noches americanas que no se las salta un galgo. Además (y esto sí es grave), da lastimilla escuchar cómo Erwin Halletz intenta disimular con semicorcheas que ha copiado un importante tanto por ciento de la magistral partitura de Elmer Bernstein... ¿Adivinan cuál?
Yo a Siodmak le perdono cualquier cosa, pero desde aquí aprovecho para hacer un llamamiento a distribuidores para que se pongan manos a la obra con el material preferentemente francés, en su mayoría descatalogado, y que contiene joyas que casi nadie ha visto. Ahí queda eso.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!