jueves, 13 de marzo de 2014

Alain Resnais: Tributo a un maestro #2



Más de sesenta años después, el visionado de GUERNICA, el cortometraje que Alain Resnais rodó junto a Robert Hessens, sigue siendo una experiencia casi insoportable aunque terriblemente necesaria. La lúgubre superposición de la recitación, casi en mortal éxtasis, de Maria Casares del oscuro poema de Paul Éluard; la música, cayendo, como en un bombardeo, de Guy Bernard; y, por supuesto, los rincones escogidos de esa obra maestra del horror (duele decirlo, pero es así) que es el gigantesco cuadro de Picasso. Es una denuncia, pero también es un grito, y es el estupor de lo que se vivió en la población vasca y el pintor malagueño reventó en sus figuras acromáticas; pero también es la imponente visión de un artista insobornable que, al contrario que sus coetáneos, no se veía embaucado por cantos de sirena ni promesas doradas. Los primeros pasos de Resnais iban dirigiéndose exactamente al sitio que debían dirigirse, y su mirada iba exactamente a esos sótanos en los que a nadie le gustaba mirar. Pero es que eso también es cine; y es un cine que debe ser hecho.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!